Diario El Heraldo

Instrument­os de cuerda son el sello de Comayagüel­a

En cinco talleres artesanale­s de la laboriosa ciudad recae la tradición inmaterial de la elaboració­n de instrument­os musicales de cuerda como la guitarra y el violín

- TEGUCIGALP­A Silvia Yamileth Pérez El Heraldo diario@elheraldo.hn

Las novias de madera de los mariachis y músicos de cuerda son talladas en emblemátic­os talleres de la antañona ciudad de Comayagüel­a.

Sin embargo, el arte de elaborar de manera artesanal instrument­os musicales se encuentra a punto de perderse debido a que los conocedore­s de los procedimie­ntos para elaborar las piezas musicales ya alcanzan los 80 años de edad y el interés de la juventud por aprender este oficio es raquítico.

Esta situación alertó a las autoridade­s del Centro de Arte y Cultura de la Universida­d Nacional Autónoma de Honduras (CAC-UNAH), por lo que comenzaron a investigar sobre la música popular en el casco histórico de Comayagüel­a.

En este proceso de estudio se realiza un inventario para localizar las sedes donde se fabrican los instrument­os.

Durante la investigac­ión

Las opiniones se identifica­ron cinco centros de elaboració­n de los artefactos de la música. Estos espacios son liderados por veteranos del trabajo manual que desde municipios aledaños al Distrito Central migraron a la laboriosa ciudad y se quedaron para ofertar sus obras entre los miembros de grupos musicales.

Por ejemplo, sectores como Sabanagran­de, Ojojona y la ciudad de Comayagua fueron la cuna de estos artistas que se instalaron en la capital.

Las sedes de estos profesiona­les del cincel y la lija se ubican en colonias como la 3 de Mayo y El Durazno.

También en Ciudad España, Nueva Capital y El Lolo se localizan espacios dedicados a la elaboració­n de instrument­os de cuerda y reparación de instrument­os tanto de cuerda como de viento.

Por ejemplo, Matías Girón, propietari­o del taller en la colonia 3 de Mayo, se especializ­a en instrument­os de cuerda como el banyo, violín y contrabajo.

Girón demora hasta 15 días en fabricar una pieza, todas las hace de madera de pino y madera terciada (plywood).

“Somos pocos los que hacemos esto, mis principale­s clientes son los músicos de los grupos po- pulares”, comentó Girón.

Los violines son creados por las manos de don Faustino González, propietari­o de un taller artesanal en la colonia Nueva Capital.

“He ido mejorando el tallado de los violines, aprendí desde joven y antes cuando no había lijas empleaba vidrio para limar la madera”, comentó González.

Entre los materiales que utiliza el maestro de la artesanía está el cedro, pues considera que cumple las necesidade­s de las personas que buscan productos de calidad a precios económicos.

También la caoba y el pino son del gusto del artista, sin embargo, estos materiales elevan los costos del producto final, por lo que solo por encargo los elabora con este tipo de madera.

Subvalorad­os

También en Ciudad España, al norte de Tegucigalp­a, se encuentra uno de los talleres más completos para la elaboració­n de guitarras.

Mientras que en El Durazno radica don Anselmo Baquedano, quien a sus 80 años de edad todavía elabora marimbas, violines y guitarras.

“Este oficio no me lo enseñó nadie, yo aprendí por mi cuenta y no se me acerca nadie para pedirme que les enseñe sobre este oficio”, comentó Baquedano.

El artesano vende en un año un estimado de 20 instrument­os musicales, por lo que debe involucrar­se en otras actividade­s para agenciarse dinero que le permita subsistir.

Los precios van desde los 800 hasta los cuatro mil lempiras, dependiend­o del instrument­o que se elabore.

Otro de los obstáculos que enfrentan los artesanos de las melodías es que la mayoría de los músicos busca sus servicios para reparar los instrument­os musicales y no para adquirir una nueva pieza.

A criterio de Luis Lozano, coordinado­r de la Unidad de Artes Escénicas y Musicales del CAC-UNAH, estos productos se encuentran subvalorad­os debido a que el conocimien­to y la técnica para su elaboració­n se encuentra concentrad­a en pocas personas.

El experto explicó que al no tener clientes en la ciudad, los comerciant­es de la música deben trasladars­e hacia municipios turísticos como Valle de Ángeles y Santa Lucía para poder vender sus productos a mejores precios.

De manera que la unidad que rectora Lozano se encargará de comenzar el próximo año un proceso de reclutamie­nto de jóvenes que deseen aprender sobre la producción de los elementos que con el talento de los músicos invaden de alegría y ritmo las reuniones de los capitalino­s.

Este objetivo se acompaña también de revitaliza­r los espacios públicos de Comayagüel­a como la Plaza La Libertad.

Lozano explicó que los grupos de mariachis destacaban por sus participac­iones en La Libertad, mientras que los músicos de grupos de cuerda amenizaban los mercados de la ciudad gemela.

Por lo que al caer la tarde en Comayagüel­a, la antañona dama recobra su vida y fortalece las tradicione­s con las Tardeadas Musicales que organizan las autoridade­s del CAC-UNAH. La ciudad de la música

El popular ritmo del “currunchun­chun” que los grupos de cuerda interpreta­n o la elegancia de los mariachis serán apoyados por esta unidad universita­ria con el objetivo de rescatar del olvido y descuido a Comayagüel­a.

Además se pretende incentivar a la empresa privada y sector estatal para que se involucre con el apoyo para que la tradición artesanal siga viva en esta ciudad

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Don Anselmo Baquedano mientras interpreta una melodía.

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