Escolares aprenden a elaborar abono con MiAmbiente
Los residuos orgánicos que se generan en los hogares de los alumnos que participan en Escuelas Amigables con el Ambiente zona sur han comenzado a ser utilizados para fertilizar los huertos escolares
Los alumnos de los Comités Ambientales de cinco centros educativos de Choluteca han aprendido sobre la importancia de reutilizar los desechos orgánicos.
Y es que con ayuda de los técnicos de la Secretaría de Energía, Recursos Naturales, Ambiente y Minas (MiAmbiente) han aprendido a producir abono para sus huertos escolares. Los educandos participan en la segunda edición del proyecto Escuelas Amigables con el Ambiente en la zona sur, competencia interescolar que es dirigida por diario EL HERALDO. Las charlas fueron impartidas por Felipe Maradiaga, quien arrancó la jornada educativa explicándoles a los muchachos sobre los beneficios que aporta a los cultivos contar con abono orgánico.
“Que la tierra en la que vayamos a sembrar sea fértil es importante para que nuestros cultivos reciban los nutrientes suficientes para aportarnos los alimentos que necesitamos”, comentó el representante de MiAmbiente.
Instrucciones teóricas
El experto además compartió con los estudiantes sobre las prácticas agroindustriales en la zona y cómo estas han ido cambiando debido a las exigencias internacionales por enviar productos más naturales y libres de químicos.
Durante la jornada educativa se les instruyó a los estudiantes sobre el tipo de productos naturales se pueden utilizar para elaborar el abono, partiendo desde las cáscaras de verduras y frutas.
Y es que la mayoría de los educandos no sabían que utilizando las cáscaras de frutas, verduras, vegetales, hojas, café y de huevo se podía obtener abono orgánico.
El uso del estiércol de animales en la mezcla del abono sorprendió a los alumnos, quienes han comenzado a hacer uso de esta técnica.
“No sabíamos que podemos utilizar el estiércol de animales como las vacas para realizar abono”, aseguran los alumnos del Centro Educación Básica Juan Francisco Argeñal. El personal de MiAmbiente decidió que para hacer más fácil el proceso de elaboración de abono era importante definir nueve sencillos pasos. Reunir los productos orgánicos a utilizar, elegir el sitio donde se realizará el abono y mezclar la materia prima con la tierra son las tres primeras fases que los estudiantes deben cumplir para hacer abono orgánico.
“Al cumplir los primeros tres pasos, lo siguiente solo consiste en vigilar que los productos que utilizamos se vayan descomponiendo de manera uniforme y para ello tenemos que mover cada tres días o después de pasada una semana el producto y así aportarle el aire que necesita para la descomposición de la materia”, instruyó Argeñal.
Precisión
La participación del personal de MiAmbiente no solo ha ayudado a despejar las dudas de los alumnos sino también de los docentes guías del proyecto, tal es el caso de Iris Servellón, docente del Centro Básico José Cecilio del Valle.
¿Cómo vamos a calcular que el agua que utilicemos para el abono es la indicada? ¿Cuánto tiempo debe permanecer el abono mezclado con la tierra?, fueron las consultas de la maestra.
El agua solo debe humedecer el abono, no convertirlo en lodo, ya que provocará una descomposición acelerada de la materia orgánica, hasta arruinarla. Por su condición climática, la región sur permite que el abono esté listo en tres meses, pero al llegar el invierno podría llegar a los cinco meses.
Los niños y maestros se comprometieron en utilizar lo aprendido en las aulas en sus huertos escolares