El sur, hacia una zona de esperanza
Poco a poco la zona sur del país se vuelve un lugar exquisito para la inversión. Los trabajos que actualmente se realizan para mejorar su infraestructura vial y la voluntad política que hay para desarrollar el Golfo de Fonseca encaminan esta región hacia el florecimiento.
Si las próximas autoridades gubernamentales -sea quienes sean- continúan trabajando al ritmo actual, sin duda borrarán esa percepción de que el sur es una región poco productiva de pescadores artesanales que han acabado con los recursos marinos y de camaroneros que han destruido los manglares produciendo un desequilibrio ecológico.
Históricamente, por la indiferencia de los administradores del Estado, Choluteca y Valle venían siendo acumuladores de pobreza. Estos dos departamentos poseen conjuntamente unos 641 mil habitantes, equivalentes a casi un 9 por ciento de la población hondureña.
Según informes, el 76 por ciento de las personas del sur viven con grandes carencias para cubrir la canasta básica.
Hasta hace unos pocos años, gran parte de la gente de este sector dependía nada más del atrevimiento de algunos inversionistas locales poseedores de una gran visión empresarial.
Con una salida al mar, con el mejoramiento de las vías de comunicación, con dos puertos que de optimizarse podrían mover enormes cargas comerciales, con una carretera Panamericana, con un sol indomable y un Canal Seco que próximamente lo conectará con el atlántico, no hay razón para que el litoral pacífico siga en penurias.
Ahora que ya hay una infraestructura, el trabajo pendiente es promover la zona como una área apta para la producción, para el comercio, para los negocios y el turismo, donde hondureños y extranjeros pueden invertir sus recursos con tranquilidad, sabiendo que gozarán de las condiciones necesarias.
Si en los años venideros los gobiernos continúan con más acciones y menos palabras y protocolos, los habitantes de Valle y Choluteca por fin verán la luz del progreso y la esperanza