Votar con conciencia

Llegaron las elecciones generales y, como es de suponerse, hay personas que elegirán sus candidatos, unos por tradicionalismo, otros por conciencia, otros por simpatía y los “peligrosos”, los que votarán por dinero o por deseo de tener un “cuello” político para poder acceder a un puesto en el próximo gobierno. De repente considero que no es fácil ser político por lo contaminada que está la carrera, sin embargo, el que quiera serlo tiene que poseer una capacidad de convencimiento y singular cariño hacia el votante. Compatriotas hondureños, escúchenme: no es que los candidatos sean corruptos desde su nacimiento, sino que el sistema los corrompe y al carecer de templanza y dominio propio sucumben ante propuestas deshonestas cuando llegan a los puestos públicos. Con esto les quiero decir que si pudiésemos analizar con paciencia cada propuesta que nos hacen los políticos elegiríamos con más inteligencia, puesto que hay candidatos que cuentan con excelentes ideas para la seguridad, como es el caso de don Juan Orlando Hernández. Y, por otro lado, he analizado que el gobierno de don José Manuel Zelaya contaba con excelentes ideas para el desarrollo integral de la educación. Recapitulando, de repente no es fácil para ningún gobierno tomar las riendas del país y encaminarlo en todos los cambios satisfaciendo la amplia gama de problemas y proyectos por los que el país atraviesa en apenas cuatro años anquilosados, los cuales solo sirven para iniciar los cambios, los cuales al llegar a la recta final de X oY gobierno quedan abandonados los proyectos, los avances de las soluciones de cada problema no se siguen desarrollando, al parecer el egoísmo impera en cada gobierno. Paisano, el desarrollo de un país no es cuestión de moda o de querer ser original en cada gobierno, el cual se gesta al final de cada elección general. El apóstol Pablo da un consejo que encaja en este asunto, el cual es: retened lo bueno, desechad lo malo. Juan Hernández Elvir CIUDADANO