El día dedicado a nuestros niños
En la víspera del Día del Niño en Honduras celebramos dándole voz en nuestras páginas de Opinión a quienes representan alrededor del 40 por ciento de la población. Escritas de su puño y letra, más de 200 niños de cinco escuelas enviaron a EL HERALDO sus composiciones sobre la Honduras que todos queremos, la educación, la ciudad, la paz y, por supuesto, la niñez.
Problemas domésticos como el corte de la luz por impago en el hogar hasta la violencia de las maras y pandillas son abordados por los pequeños con edades entre los 10 y 12 años.
Queda demostrada la noción más que elemental que tienen nuestros niños de su entorno inmediato y del país, al escribir sobre el bullying, divorcio, la drogadicción, el desempleo, la migración, el subdesarrollo, la corrupción, la falta de oportunidades, la desigualdad social, la exclusión, el ambiente, la flora y fauna, entre otros temas abordados con la ingenuidad de sus cortos años, pero también con la comprensión de una realidad que se impone.
La paz, el cese de la violencia, el cuidado de los bosques, la limpieza de la ciudad, la protección de los niños de la calle, la unidad familiar, empresas que no atiendan solo sus intereses y gobiernos que piensen en los niños son también parte del clamor de estos pequeños que también reclaman su derecho a ser tratados acorde a su edad, a jugar, a estudiar, no trabajar, no ser abandonados, ni maltratados, ni ignorados.
En tiempos donde priman el individualismo, egoísmo, pesimismo e insensibilidad, nuestra niñez nos demuestra la grandeza de sus corazones, su amor por Honduras y la esperanza de que unidos todos podemos cambiar y mejorar.
Imposible era dar cabida a todos esos escritos que, como perlas de sabiduría, brisa fresca y vitalidad renovadora, resumen lo mejor y lo más importante que tiene Honduras: su niñez.
Es nuestro deseo que este Día del Niño sirva para reflexionar sobre aquello que como adultos, padres, maestros, políticos y gobernantes debemos mejorar para darle a esa infancia la atención, el amor, el cuidado y el futuro que se merece