REalidad ¡Divorciados de la independencia!
de los 25 años de edad quiere decir que ya no vivo con mis padres y tengo un empleo digno? La cruel verdad es NO, vivimos en una nación dependiente, en donde para que podamos sobrevivir nos tienen que enviar recursos los países llamados del primer mundo.
Vivo en un país en donde sus trabajadores dependen de un IHSS que no cuenta con medicamentos, de una universidad con autonomía, pero que no saben cómo dirigirla, y que debe ser un colosal eslabón para el desarrollo de la nación, pero que con el pasar del tiempo sus autoridades se han preocupado más por lo ornamental que por construir edificios para los miles de nuevos estudiantes que ingresan cada año o impulsar la investigación dentro de la misma.
Mi querida Honduras, han pasado muchas décadas en donde han soslayado tus verdaderas penurias, en donde se han fundido la tolerancia, la insensatez, el egoísmo y la tan abyecta corrupción. Hemos sido tan endebles nosotros los de abajo al ser dependientes de un gobierno que no proclama la justa y libre independencia del paladín centroamericano Francisco Morazán, en donde el digno ejemplo de honradez del general José Trinidad Cabañas ha sido fusilado y se ven tantas desigualdades que se torna inefable entender cómo nos vamos acostumbrando a tantas injusticias. Por un lado, el más necesitado tiene que pedir per- miso para cortar un árbol y construir su humilde casa, y por otro, el emprendedor depende también de que el gobierno no siga subiendo los impuestos porque si no se verá en la necesidad de cerrar, entonces ¿somos independientes?
¿ Se puede concebir la idea de “independencia” si no se puede protestar ya en las calles porque te acusan de terrorismo, en un país donde las muertes arrecian y la ciudadanía vive presa en sus propios hogares, en donde la educación está de cabeza y los jóvenes se vuelven pusilánimes al encontrarse en un laberinto de estrés y de olvido esperando vencer el fenómeno del desempleo que parece inexpugnable?
Y es que la hostil actua- ción de un gobier no en donde la anomia crece cada día, y que para que sus ciudadanos puedan sentir algo de independencia tengan que emigrar hacia otro lugar lejos de la tierra que lo vio nacer, solo demuestra que lastimosamente lo sueños por los que lucharon nuestros próceres han sido quemados; pero se espera que surja como el ave fénix una nueva nación que sea el alcázar de sus habitantes, en donde converjan las ideas que impulsen el crecimiento de mi país, y que se vuelva para cada uno de los hondureños la tierra del porvenir radiante, para que a pesar de todas las discrepancias podamos todos, rompiendo la polarización, sentirnos más hondureños que nunca
¿Se puede concebir la idea de ‘independencia’ sino se puede protestar ya en las calles porque te acusan de terrorismo, en un país donde las muertes arrecian y la ciudadanía vive presa en sus propios hogares?”.