Reflexiones
Un periodo de recuperación, después de una intervención quirúrgica delicada, debe servir no solo para recobrar la salud alterada, sino para reflexionar con detenimiento sobre los factores que han incidido en todo el proceso de sanación. Primero, la voluntad del Creador de no llamarnos a filas antes del término en que todos los humanos desearíamos permanecer en este mundo; segundo, el “colmillo profesional clínico” de los médicos que diagnostican acertadamente y a continuación los dedos mágicos de los cirujanos que junto con sus equipos de asistentes, y con la orientación de la Providencia, incursionan en nuestros cuerpos para reparar, con delicadeza de artistas, los órganos u otras partes afectadas.
Esa reflexión no debe limitarse al reconocimiento y valoración de los factores indicados; nuestro pensamiento debe transcender a valorar esas circunstancias similares en que se encuentran otros cientos de compatriotas que, sufriendo iguales dolencias, no tienen la capacidad para enfrentar los altísimos costos de la medicina moderna con los que pueden no solo recuperar su salud sino aun salvar sus vidas. He aprendido a lo largo de mis años a no protestar o cuestionar el porqué nos golpean ciertas enfermedades, he aprendido a no preguntar “¿por qué yo?” y sustituir esa interrogante por “¿y por qué no yo?”. Cuando la enfermedad aqueja el seno de mi familia, doy gracias a Dios por contar con los medios para enfrentar los costos de las curaciones. De igual manera, el sentido de solidaridad humana que tratamos de mantener latente nos obliga a pensar en esos tantos otros hondureños a quienes la sociedad misma, por medio de repetidas administraciones ineficientes, les niega el sagrado derecho a su salud manteniendo un sistema de atención médico hospitalaria pública insuficiente y atrasado tecnológicamente, desprovisto de suficientes recursos humanos y financieros para satisfacer las crecientes necesidades de una población cada vez mayor, más vieja y más pobre. ¿Cuándo surgirá otro Enrique Aguilar Paz para que se reconstruya el eficiente sistema de atención médica que con tanto éxito y con mucho menos recursos puso a funcionar en los años 70? Te rogamos, Señor, óyenos
“¿Cuándo surgirá otro Enrique Aguilar Paz para que se reconstruya el eficiente sistema de atención médica?”