La edad de la inocencia
La desaparición, supuesto rapto y posterior ubicación de tres niñas, de 12 y 13 años, ha tenido entre la angustia y expectación a quienes seguimos el caso a través de los medios.
Las especulaciones en torno al caso son muchas, que si trata de personas, que si malas influencias o un noviazgo precoz, etc.
Afortunadamente las menores están sanas y salvas, pero sin esclarecerse lo que verdaderamente ocurrió, queda la duda de si estas jovencitas simplemente actuaron irresponsablemente, sin medir las consecuencias ni imaginar todo el revuelo que causaría su desaparición.
Estamos hablando de preadolescentes que deberían estar todavía sujetas al control y cuidados paternos, enfocadas en sus estudios, viviendo lo propio a esa edad. Pero después de verlas en un video en el que parecen estar bajo los efectos de alguna droga es inevitable preguntarse hacia dónde va nuestra juventud y en qué estaremos fallando los adultos, porque no se trata solo de proteger a nuestros hijos e inculcarles valores, sino de enseñarles también sobre los peligros que hay dentro y fuera de la casa.
Si se trató de un rapto, lo que ahora parece poco probable, o las niñas huían de algún peligro en sus propios hogares o por una travesura inexcusable, las autoridades deben investigar.
Que tres niñas salgan de sus casas y de sus comunidades no es un hecho para tomar a la ligera Rosa Mejía CIUDADANA