Atentado Rosario de delitos tenía Solano
El hondureño Vicente Solano intentó detonar una bomba en el populoso Dolphin Mall de Miami. Según el FBI, Solano dijo que “junto al Estado Islámico, derrotarían el odio y el antirracismo del supremacista blanco” de Donald Trump
El hondureño Vicente Solano Bonilla, detenido el pasado fin de semana por intentar detonar una bomba dentro del centro comercial Dolphin Mall de Miami, tenía un gran listado de delitos cometidos en Estados Unidos. Sumado a eso, hacía apenas unos meses se había convertido al islam, y se hizo seguidor del grupo yihadista Estado Islámico. Según una grabación del FBI, Solano prometió junto a los terroristas acabar con el odio que el presidente Donald Trump infunde con sus comentarios y políticas antirracistas. Autoridades del estado de Florida dieron a conocer que Solano tenía 47 multas de tráfico acumuladas sin pagar.
El hondureño había estado en prisión anteriormente debido a un asalto menor en la ciudad. De igual manera, tenía un falta de comparecencia ante un tribunal por conducir con la licencia vencida.
Solano actualmente se encuentra recluido en una prisión del estado en cual ha vivido los últimos 19 años de su vida. Su audiencia inicial se llevará a cabo este jueves y la acusación formal será el próximo 6 de noviembre en Sweetwater, donde residía desde que llegó al país.
Solano enfrenta una pena de cadena perpetua, de ser encontrado culpable, y una multa de 250 mil dólares.
Un hombre solitario
Vicente Adolfo Solano Bonilla nació en Tegucigalpa el 20 de agosto de 1964. Solano vivió hasta los 32 años en la colonia Kennedy de la capital, al lado de sus padres y hermanos, Emperatriz Bonilla y José de la Cruz Solano.
Los vecinos de la colonia recuerdan al hondureño como un hombre solitario y apartado. También comentaron que Solano antes de irse a Estados Unidos trabajó durante mucho tiempo en la Dirección General de Aduanas, donde logró obtener la visa.
Solano, según sus vecinos, era activista del Partido Liberal. Tiempo después del devas- tador huracán Mitch, Solano decidió viajar a Miami.
Una vez en el estado buscó ayuda y se radicó bajo el Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés). Además, el compatriota tuvo varios trabajos desde que llegó al estado del sol, laboró como constructor y pintor.
El hondureño también tenía varias aficiones como los carros, las motocicletas y las mujeres. De igual manera, era fanático de su imagen y hacía fisicoculturismo, pasatiempos que mostraba en sus redes sociales siempre que podía.
De acuerdo a uno de sus amigos cercanos, a Solano le gustaba tomar alcohol muy seguido, pero nunca tuvo problemas con las autoridades hondureñas