“El CIjó:” y el frIgor Oe lI CIcnIdI
La represa hidroeléctrica Francisco Morazán, más conocida como “El Cajón”, es una verdadera maravilla de ingeniería. Su construcción se inició en junio de 1980, a un costo de 775 millones de dólares de aquella época. Su cortina es la más alta de Centroamérica, es la sexta represa de arco más grande del mundo y la primera en el hemisferio occidental, con una generación de 300 megas de energía limpia, no obstante que solo usufructúa la mitad de su capacidad.
De otras latitudes del planeta han llegado muchos expertos –a lo largo de los años- a contemplar la impresionante obra maestra que puede apreciarse, imponente, desde el espacio sideral junto al Lago de Yojoa.
Debería ser “El Cajón” un sitio de peregrinaje de escolares sobresalientes. O de estudiantes de secundaria. O de pasantes de ingeniería civil y eléctrica.
Pero no. Por desgracia, la majestuosa obra civil ha caído en las garras de políticos inescrupulosos e irresponsables. Y, en diferentes campañas, como ha ocurrido antenoche cuando, el lado oscuro de los usuarios de redes sociales, se dedicó a sembrar el pánico y la histeria colectiva, con el anuncio –temerariode que la represa estaba siendo vaciada. ¿Tendrán idea de lo que estaban “escribiendo” en sus móviles y ordenadores?
Y, los que le dan reenviar a esos mensajes, se darán cuenta del alcance de su irresponsabilidad, del daño que están causando y, particularmente, del pánico, desesperación y zozobra que generan entre la pobre gente que vive en los márgenes de los ríos que bañan el valle de Sula.
No es la primera vez. Todavía hoy en día hay políticos que acusan a Callejas de haber vaciado “El Cajón” solo para contratar la compra de energía térmica en los años 90. La ENEE, que es la responsable de administrar la represa, ha aclarado eso hasta la saciedad, pero lo siguen repitiendo.
Basado en el principio maquiavélico de que el fin justifica los medios, existen aspectos, aún en medio del fragor de una campaña electoral, que no deberían ser usados como bandera política. Y, uno de ellos, sin la menor duda, es “El Cajón.” Hay que jugar con el santo, menos con la limosna
"El lado oscuro de las redes sociales se dedicó a sembrar el pánico con el anuncio del vaciado de ‘El Cajón’".