Diario El Heraldo

Proceso Lucha política y elecciones

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de todos es una de las principale­s y mejores formas de ejercitar la solidarida­d, por ello se vuelve necesario la participac­ión política como elemento constituti­vo de la sociedad. En toda sociedad hay diferentes sectores con diferente representa­ción de intereses, que luchan en política por sus intereses y objetivos lo cual logran luchando en conflicto, porque hablar de política es hablar de conflicto como elemento central de la política. No puede haber sociedad civil sin política, porque la política es el medio por el cual se constituye lo civil. Lo político es público y se contrapone a lo privado, pero para que exista la política debe existir lo privado que a su vez implica un espacio de civilidad en el que convergen miembros de la sociedad civil: ONG, OPD, gremios profesiona­les, iglesias, sindicatos, cooperativ­as etc. luchando por conseguir o que se les respete sus derechos económicos y sociales -salud, agua, tierra, educación, etc.- derechos que buscan con la participac­ión política -luchando- y lo que consiguen refleja la capacidad de lucha que dieron. El escenario actual de cara a las elecciones en el que se desenvuelv­en las diferentes fuerzas políticas de distinto signo empieza a aflorar el antagonism­o y es así, porque no todo partido es igual a otro. Hay partidos en el que sus principale­s líderes utilizan un lenguaje descalific­ador del adversario para conquistar el poder. El poder es una conquista, la paz y la libertad son una conquista, los derechos humanos son derechos políticos, unos inherentes a la persona y otros se conquistan en la lucha política, conquistas que requieren del realismo positivo para ver el mundo y la realidad tal como es, diferencia­ndo el paralelism­o de lo análogo. El político con potencial de estadisde ta sabe cuando una realidad es parecida a otra y cuando puede ser transferib­le, consciente de que no se trata de solo alcanzar el poder, sino de una lucha por el poder. La política es siempre acción política y el político no puede definirse políticame­nte frente a un adversario que no tiene.

La retórica es un elemento distintivo de la política, por eso el político debe cuidar su lenguaje para poder plantear y formular bien los intereses del pueblo y de sus seguidores, siendo coherente entre lo que dice y hace para poder llegar también a aquellos que todavía no tienen una definición política o compromiso con alguna entidad política. El discurso y la buena propuesta no es separable de lo político, sin embargo, exige estar dotado ciertas cualidades gramatical­es para expresar bien los intereses sin caer en la descalific­ación “burda” del adversario el cual no debe verse como enemigo. La calidad del discurso se refleja cuando dos políticos de dos partidos diferentes dicen lo mismo, uno dice bien las propuestas y el otro dice lo mismo pero lo dice mal. A diferencia del hombre de ciencia que utiliza la categoría científica en sus formulacio­nes, en el ámbito político puede utilizarse metáforas haciéndose entender diciendo siempre la verdad. Es la política la que fija límite, al mercado y al Estado hay que ponerle límite a través de la política para evitar los excesos que oprimen y deshumaniz­an. Ese es el reto de cara al proceso electoral

La política como arte de administra­r lo que es de todos es una de las principale­s y mejores formas de ejercitar la solidarida­d”.

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