Nadie entendió este clásico
Poco fútbol y una nueva polémica: Jack Rodríguez anuló mal un gol de Rubilio Castillo; el derbi finalizó con mucho nervio y sin opciones claras.
El Chino Discua la levantaba, Rubilio cabeceaba a la red y la bandera en alto de Jack Rodríguez apagaba la ilusión de ver al menos un gol en un clásico espeso, amargo y premiado con un decepcionante 0-0.
Ni Olimpia ni Motagua pudieron romper el cero... Bueno, el Azul lo rompió, pero se topó con la mano arriba de Armando Castro en una jugada más dudosa que ilegal: fuera de juego porque, a su juicio, Marco Tulio Vega interrumpió la visibilidad de Donis Escober en el cabezazo de Roruca. La verdad, no parecía... Y ahí, apenas al minuto 10, falleció la esperanza de ver festejos en un partido muy trabado.
Las 44 faltas (23 del León y 21 del águila) dieron fe de la rudeza de una batalla con pocas ocasiones de vociferar el grito sagrado en el Estadio Nacional.
Eso sí, fue el equipo de Diego Vazquez el que mostró mayores deseos de buscar la red enemiga, aunque solo gozó de una real ocasión para bautizar la meta de Donis Escober (salió el 53 por una contractura muscular en la pierna izquierda).
Solo dos ocasiones de gol
Entre las intenciones azules y la falta de claridad de un Olimpia que no encontraba al mejor Alex López, Marco Tulio Vega quedó franco para poner el 1-0, pero se topó con la reacción felina de un Pimpollo que en dos tiempos ahogó el festejo motagüense.
Viendo a Gerson Rodas inexistente en el campo, Carlos Restrepo encontró revulsivo en un Bryan Moya que casi encuentra la llave del gol. Bombazo arriba del potente volante y volada de Jonathan Rougier para mandar a la final la única clara que tuvo el León (al 67).
De ahí no hubo más. Y no hubo porque -como sucedió todo el partido- la marca se impuso a la generación.
Si de un lado Roger Rojas y Carlo Costly naufragaron ante la buena marca de Henry Figueroa y Juan Pablo Montes, en el otro bando Jonathan Paz y Johnny Palacios hicieron mejor pie en el complemento para diluir a Rubilio, Discua y compañía.
Y así se escribió la historia. Esa historia que dictaba que el empate era el resultado más repetido de los clásicos capitalinos y que ayer registró la igualdad número 94 entre Blancos y Azules