Cruzada por el TPS
El futuro de más de 56 mil hondureños beneficiados con el Estatus de Protección Temporal (TPS) pende de una respuesta que será anunciada a más tardar el 5 de noviembre. La expectación es tan grande como la incertidumbre que acompaña a quienes durante casi veinte años han construido su vida en Estados Unidos al amparo de una prerrogativa que les podría ser arrebatada.
Si la asunción de Donald Trump, que llegó al poder con varias promesas de campaña antiinmigrantes bajo el brazo, despertó dudas y temores, la cruda realidad cayó de golpe cuando, en mayo pasado, el Departamento de Seguridad amplió apenas por seis meses el beneficio para los tepesianos de Haití, el país más pobre de América.
Esta determinación activó de lleno la alarma en Honduras, así como en El Salvador y Nicaragua, que ha venido realizando una ofensiva diplomática, desde el presidente hasta el embajador en Estados Unidos, aprovechando varios escenarios y canales de comunicación para hacer llegar el mensaje a favor de los tepesianos. Precisamente esta semana se encuentra en Washington una delegación de alto nivel para sostener encuentros con funcionarios del Departamento de Seguridad y del Departamento de Estado. A la comitiva se sumará una comisión del Congreso Nacional para brindar apoyo en tan importante misión.
De su lado, las asociaciones de migrantes han realizado intensos cabildeos, manifestaciones y proclamas para que no sean fracturadas miles de familias hondureñas que tienen hijos, bienes, casas, empleos, pagan impuestos y han hecho de Estados Unidos su hogar. Sin embargo, hay que tener los pies en la tierra y evitar el pánico que solo obnubila cualquier perspectiva. Lo mejor es irnos preparando, si no lo estamos ya, para recibir a estos compatriotas que nunca debieron irse en las condiciones que los impelieron a hacerlo.
Que el TPS llegue a su fin no debería significar la tragedia que algunos ya están anticipando. El eventual retorno masivo a Honduras de nuestros compatriotas debería ser visto como una oportunidad histórica para resarcir a quienes no han tenido en su país las oportunidades que fueron a buscar afuera