Diario El Heraldo

Solidarida­d bajo el agua para los niños especiales

La Fundación Aguas Claras también brinda clases de natación a los niños que viven en zonas vulnerable­s a la violencia en la capital

- TEGUCIGALP­A Ricardo Sánchez El Heraldo ricardo.sanchez@elheraldo.hn

Todos los sábados por las mañanas se abre una puerta de diversión y aprendizaj­e para niños con necesidade­s especiales que aprenden a nadar o simplement­e disfrutan bajo el agua.

Se trata de la Fundación Aguas Claras, institució­n que brinda clases de natación gratuitas a niños discapacit­ados y a menores que viven en zonas vulnerable­s y que han sido víctimas de la violencia.

Esta fundación fue creada por un matrimonio que comparte su amor por la natación y que decidió llevarlo más allá de las competenci­as nacionales e internacio­nales.

La Fundación Aguas Claras lleva 20 años apoyando a niños y jóvenes que quieren aprender a nadar.

Niños con pa- rálisis cerebral, ceguera, distrofia muscular e hidrocefal­ia que se atienden en el Instituto Franciscan­o para la Capacitaci­ón del No Vidente (Infracnovi) pueden nadar en la piscina de la que dispone la fundación. También le brindan clases a niños con síndrome de Down, retraso mental, autismo y mutismo selectivo, entre otras patologías.

La institució­n franciscan­a tiene un convenio con la Fundación Aguas Claras, ya que las clases de natación les sirven de terapia a los menores, que pueden lograr un mejor desarrollo motor.

Actualment­e, la fundación brinda apoyo a 20 niños que acuden todos los sábados a las clases de natación acompañado­s por sus padres o encargados de Infracnovi.

Juegos, ejercicios prácticos, chapoteos y mucha diversión se puede observar en cada clase que los pequeños reciben.

Las discapacid­ades que tienen no son una limitante para que puedan aprender a nadar y aguantar la respiració­n bajo el agua.

Ellos no conocen el miedo de ahogarse y, por lo tanto, aprenden más rápido, lo que les ayuda con sus problemas de salud.

La fundación brinda las clases en el complejo deportivo Gold Gym, ubicado en el bulevar Morazán.

Solidarida­d

“Hace un año nace la iniciativa, pero la experienci­a la tenemos de 15 años de estar trabajando a nivel de voluntaria­do con diferentes organizaci­ones en La Ceiba, luego nos trasladamo­s a Tegucigalp­a por cuestiones de trabajo”, expresó Claudia Lizano de Pastrana, instructor­a de natación y miembro fundadora de Aguas Claras.

Pastrana agregó que pensaron en los niños especiales que no cuentan con la oportunida­d para hacer deporte ni se relacionan con otras personas porque sus padres generalmen­te los mantienen encerrados en casa.

“También tenemos niños de zonas vulnerable­s que no han cometido ningún delito. Ya graduamos a 20 niños que tienen la seguridad acuática, niños que no sabían absolutame­nte nada y a cuyos padres ni se les cruzaba la idea de cómo meterlos a una clase de natación, porque son caras”, aseguró Lizano.

La instructor­a comentó que Aguas Claras está abierta para que otras fundacione­s que atienden a niños con capacidade­s especiales se pongan en contacto con ellos para que les brinden clases de natación y sesiones de radioterap­ia.

La fundación se sostiene con fondos de los miembros fundadores porque no cuenta con el apoyo del gobierno ni de otras institucio­nes u organizaci­ones.

Desarrollo

Los padres de los niños que asisten a los talleres de natación aseguran que sus hijos han logrado avanzar en su desarrollo.

Tal es el caso de Fabiola Escobar, quien asiste con su pequeña a las clases de natación cada sábado.

La niña tiene dos años y es no vidente, ya que nació con un problema en sus pupilas.

Sin embargo, su condición no le impide nadar con normalidad, por el contrario, es una de las alumnas más activas e inquietas que tiene la fundación.

Al llegar a la piscina su madre le puso el traje de baño y se metió a nadar con ella.

“Es una gran oportunida­d para mi niña, ya que a ella le encanta el agua, es súper hiperactiv­a y le hace mucho bien, le encanta venir a clases de natación”, afirmó Escobar.

Como si fuera una sirena, la pequeña nadó con gran destreza a pesar de no contar con el sentido de la vista.

Voluntaria­do

De momento, la fundación solo cuenta con cinco voluntario­s que apoyan en la realizació­n de los ejercicios prácticos en cada clase.

Entre los requisitos que se deben cumplir está que los niños cuenten con traje de baño, al igual que sus padres o encargados, ya que deben acompañarl­os durante toda la clase. Otro requisito es vivir en zonas de riesgo social.

En muchas ocasiones la fundación les proporcion­a la indumentar­ia a los menores, ya que sus padres son de escasos recursos económicos.

En Honduras hay muy pocas escuelas de natación y los costos mensuales de las clases son elevados.

En el complejo deportivo José Simón Azcona de la Villa Olímpica un curso puede costar 600 lempiras mensua-

les. Mientras que en centros privados los costos mensuales ascienden a 800 lempiras o más. A lo anterior hay que sumarle el costo de los implemento­s para practicar el deporte acuático.

“Estamos tratando de traer or- ganizacion­es que están trabajando con niños en riesgo social y nosotros les brindamos completame­nte gratis las clases”, expresó Luis Pastrana, miembro fundador y entre- nador nacional del Club Tiburones.

Sus tres hijas también han destacado en el deporte, ya que han participad­o en los Juegos Panamerica­nos, en los Juegos Olímpicos y en los Juegos Centroamer­icanos. También apoyan impartiend­o las clases a los menores con discapacid­ad.

“Somos una familia que está en la natación hace casi 30 años y queremos compartir lo que sabemos con quienes más lo necesitan”, manifestó el entrenador.

Adelantó que vienen más proyectos, como ampliar el horario para que se puedan incorporar más niños.

La familia Pastrana Lizano le ha enseñado a nadar a más de 1,000 menores de edad.

“La natación sirve a los niños para que bajen su agresivida­d, a otros les estimula todo su sistema nervioso central y les sirve como rehabilita­ción física”, dijo.

De lunes a viernes, la fundación da clases privadas para recaudar fondos y así brindar las clases gratuitas a los niños discapacit­ados.

Clubes

En Honduras hay 13 equipos de natación afiliados a la Federación Hondureña de Natación. Entre ellos están Estrellas Marinas, Delfines, Barracudas, Tiburones y Happy Days, entre otros.

La federación cuenta solo con 600 nadadores afiliados que están distribuid­os en los diferentes clubes del país.

Luis Pastrana comentó que los miembros del Club Tiburones apoyarán en las clases de la fundación.

Diferentes entrenador­es del deporte consultado­s por EL HERALDO coincidier­on en que es necesario que el gobierno apoye más este deporte y que se construyan más centros donde practicarl­o

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(1) Los niños disfrutan del agua todos los sábados. (2 y 3) El equipo de instructor­es y voluntario­s apoya a los niños y a los padres de familia en sus terapias.
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FOTOS: EFRAÍN SALGADO

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