Solidaridad bajo el agua para los niños especiales
La Fundación Aguas Claras también brinda clases de natación a los niños que viven en zonas vulnerables a la violencia en la capital
Todos los sábados por las mañanas se abre una puerta de diversión y aprendizaje para niños con necesidades especiales que aprenden a nadar o simplemente disfrutan bajo el agua.
Se trata de la Fundación Aguas Claras, institución que brinda clases de natación gratuitas a niños discapacitados y a menores que viven en zonas vulnerables y que han sido víctimas de la violencia.
Esta fundación fue creada por un matrimonio que comparte su amor por la natación y que decidió llevarlo más allá de las competencias nacionales e internacionales.
La Fundación Aguas Claras lleva 20 años apoyando a niños y jóvenes que quieren aprender a nadar.
Niños con pa- rálisis cerebral, ceguera, distrofia muscular e hidrocefalia que se atienden en el Instituto Franciscano para la Capacitación del No Vidente (Infracnovi) pueden nadar en la piscina de la que dispone la fundación. También le brindan clases a niños con síndrome de Down, retraso mental, autismo y mutismo selectivo, entre otras patologías.
La institución franciscana tiene un convenio con la Fundación Aguas Claras, ya que las clases de natación les sirven de terapia a los menores, que pueden lograr un mejor desarrollo motor.
Actualmente, la fundación brinda apoyo a 20 niños que acuden todos los sábados a las clases de natación acompañados por sus padres o encargados de Infracnovi.
Juegos, ejercicios prácticos, chapoteos y mucha diversión se puede observar en cada clase que los pequeños reciben.
Las discapacidades que tienen no son una limitante para que puedan aprender a nadar y aguantar la respiración bajo el agua.
Ellos no conocen el miedo de ahogarse y, por lo tanto, aprenden más rápido, lo que les ayuda con sus problemas de salud.
La fundación brinda las clases en el complejo deportivo Gold Gym, ubicado en el bulevar Morazán.
Solidaridad
“Hace un año nace la iniciativa, pero la experiencia la tenemos de 15 años de estar trabajando a nivel de voluntariado con diferentes organizaciones en La Ceiba, luego nos trasladamos a Tegucigalpa por cuestiones de trabajo”, expresó Claudia Lizano de Pastrana, instructora de natación y miembro fundadora de Aguas Claras.
Pastrana agregó que pensaron en los niños especiales que no cuentan con la oportunidad para hacer deporte ni se relacionan con otras personas porque sus padres generalmente los mantienen encerrados en casa.
“También tenemos niños de zonas vulnerables que no han cometido ningún delito. Ya graduamos a 20 niños que tienen la seguridad acuática, niños que no sabían absolutamente nada y a cuyos padres ni se les cruzaba la idea de cómo meterlos a una clase de natación, porque son caras”, aseguró Lizano.
La instructora comentó que Aguas Claras está abierta para que otras fundaciones que atienden a niños con capacidades especiales se pongan en contacto con ellos para que les brinden clases de natación y sesiones de radioterapia.
La fundación se sostiene con fondos de los miembros fundadores porque no cuenta con el apoyo del gobierno ni de otras instituciones u organizaciones.
Desarrollo
Los padres de los niños que asisten a los talleres de natación aseguran que sus hijos han logrado avanzar en su desarrollo.
Tal es el caso de Fabiola Escobar, quien asiste con su pequeña a las clases de natación cada sábado.
La niña tiene dos años y es no vidente, ya que nació con un problema en sus pupilas.
Sin embargo, su condición no le impide nadar con normalidad, por el contrario, es una de las alumnas más activas e inquietas que tiene la fundación.
Al llegar a la piscina su madre le puso el traje de baño y se metió a nadar con ella.
“Es una gran oportunidad para mi niña, ya que a ella le encanta el agua, es súper hiperactiva y le hace mucho bien, le encanta venir a clases de natación”, afirmó Escobar.
Como si fuera una sirena, la pequeña nadó con gran destreza a pesar de no contar con el sentido de la vista.
Voluntariado
De momento, la fundación solo cuenta con cinco voluntarios que apoyan en la realización de los ejercicios prácticos en cada clase.
Entre los requisitos que se deben cumplir está que los niños cuenten con traje de baño, al igual que sus padres o encargados, ya que deben acompañarlos durante toda la clase. Otro requisito es vivir en zonas de riesgo social.
En muchas ocasiones la fundación les proporciona la indumentaria a los menores, ya que sus padres son de escasos recursos económicos.
En Honduras hay muy pocas escuelas de natación y los costos mensuales de las clases son elevados.
En el complejo deportivo José Simón Azcona de la Villa Olímpica un curso puede costar 600 lempiras mensua-
les. Mientras que en centros privados los costos mensuales ascienden a 800 lempiras o más. A lo anterior hay que sumarle el costo de los implementos para practicar el deporte acuático.
“Estamos tratando de traer or- ganizaciones que están trabajando con niños en riesgo social y nosotros les brindamos completamente gratis las clases”, expresó Luis Pastrana, miembro fundador y entre- nador nacional del Club Tiburones.
Sus tres hijas también han destacado en el deporte, ya que han participado en los Juegos Panamericanos, en los Juegos Olímpicos y en los Juegos Centroamericanos. También apoyan impartiendo las clases a los menores con discapacidad.
“Somos una familia que está en la natación hace casi 30 años y queremos compartir lo que sabemos con quienes más lo necesitan”, manifestó el entrenador.
Adelantó que vienen más proyectos, como ampliar el horario para que se puedan incorporar más niños.
La familia Pastrana Lizano le ha enseñado a nadar a más de 1,000 menores de edad.
“La natación sirve a los niños para que bajen su agresividad, a otros les estimula todo su sistema nervioso central y les sirve como rehabilitación física”, dijo.
De lunes a viernes, la fundación da clases privadas para recaudar fondos y así brindar las clases gratuitas a los niños discapacitados.
Clubes
En Honduras hay 13 equipos de natación afiliados a la Federación Hondureña de Natación. Entre ellos están Estrellas Marinas, Delfines, Barracudas, Tiburones y Happy Days, entre otros.
La federación cuenta solo con 600 nadadores afiliados que están distribuidos en los diferentes clubes del país.
Luis Pastrana comentó que los miembros del Club Tiburones apoyarán en las clases de la fundación.
Diferentes entrenadores del deporte consultados por EL HERALDO coincidieron en que es necesario que el gobierno apoye más este deporte y que se construyan más centros donde practicarlo