Políticos Sin propuestas, valores ni identidad
politiqueros. Somos penosamente ignorantes, fácil para ser arriados por cualquier merolico que cuente las maravillas que tendremos cuando sea gobernante de este país de tristezas y desesperanzas.
Desde siempre los rémoras, obstáculos que entorpecen o detienen cualquier desarrollo, cuentan la misma historieta, solo cambian el grito y la cara de sortilegio que adoptan con hipocresía sumatoria. Teatro de farsantes sin caretas ni vergüenza.
Todos dicen lo mismo, es un discurso reciclado, solo cambian la agitación de sus banderas partidarias que enciende pasiones sin evidenciar identificación nacional que afianzada de generación en generación la hace necesidad viva en enriquecimiento constante. Perderla es aislarse del mundo provocando una parálisis social. Inmovilismo e involución de logros sin acceso a lo nuevo. Tan urgente.
Los valores son principios que permiten orientar el comportamiento para realizarnos como personas pensantes y pudientes de apreciar y elegir, preferir y
Todos dicen lo mismo, es un discurso reciclado, solo cambian la agitación de sus banderas partidarias”.
distinguir para lograr bienestar colectivo en armoniosa convivencia. Lamentablemente sobrevivimos al día con un endeudado ayer y enjaranando nuestro mañana sin estrategias económicas, sociales, educacionales y laborales y sin valores de auténtica identidad nacional que obliguen a reflexionar y modificar la conducta irresponsable y antipatriótica que los descalifica.
Nuestra incultura politiquera es pertinaz, confron- tante, insultante, denigrante, irrespetuosa y voraz, incapaz de generar una cívica oposición de propuestas y soluciones sin el hartazgo de vulgaridades y circo. Abunda envidia y egoísmo evidenciando lo que son y serían. Sus falsedades de corruptos sacrílegos y poses de machistas televisivos pero cobardes evasivos los hace deslucir por completo ante los pensantes pero engañan a la masa explotada por inculta para lograr el voto por color y no por amor a esta patria ya desteñida y constreñida, precisamente por ellos, sectarios putativos de la mediocridad que se mantienen activos en el daño y desprestigio nacional. Solo escuchemos los discursos insultantes, las diatribas, nada es bueno, nadie puede. Piden el voto con cara y voz de hipocresía que insulta y rechaza. Ninguna propuesta convincente, no saben qué hacer ni con quienes hacerle frente a tanto problema. Son críticos de todo, solo ellos pueden, nadie más. De improvisadores y farsantes estamos hartos.
Reactivemos la conciencia cívica para coincidir en las mejores decisiones ante las nuevas políticas gringas que obligan a pensar solo en una Honduras donde todos quepamos sin migraciones, delincuencia ni corrupción, para crear las oportunidades en las que no haya espacio, nunca más, para politiqueros sin propuestas, valores ni identidad nacional