Libertaria Defender
ganar sean concomitantes en quienes se espera entrañen el dechado de virtudes indispensables para dirigir una nación. Que es lo que parece dejó de interesar a la mayoría de votantes. Es alarmante que se considere otorgar votos en sentido negativo: en contra de alguien en vez de a favor de alguien. Elegir no por esperanza. Que sea el odio y no el amor por sí mismos y por los demás el que defina la decisión trascendental tomada al ejercer el sufragio. Es que no es solo asunto de tener buenas ideas o voz altisonante. Se trata de que en efecto puedan ser buenos gobernantes. Y cada vez es más dudoso. Ellos están solo para ganar o ganar. La autocrítica, natural en organismos sanos, se las borró la soberbia. Solos se labran potencial derrota y desde ya niegan el reconocimiento al que están obligados. Pierden. Dan la impresión de autovedarse el triunfo. Los votantes se retraen. La locuacidad exhibida, asusta. Qué nos sucedería por mentes tan dispersas, atrapadas por la amargura, con extraños principios y valores, dúctiles y maleables, “dime de qué presumes y te diré de qué careces”. Con apariciones desafortunadas, no se atisba en qué forma podrían alzarse con la victoria. Pero puede pasar. ¿Pero si no pasa? Ese germen autodestructivo que se esparce, división, nos amenaza. En política todo es posible, a eso le apuestan. Porque aspirar a la Presidencia se les hizo un juego. Otra meta más. Pero hay que confiar en la inteligencia del pueblo. Sin perfección en ninguna candidatura, elegirá la que menos le afecte, a la espera de tiempos mejores y de candidaturas mejores. Por mientras, las autoridades y cada votante tienen que convertirse en garantes del proceso electoral. Que ni la mínima expresión de fraude se manifieste, porque debe ser respetada la voluntad popular y para no dar ocasión a los perdedores, hacedores de su propia derrota, de desacreditar el proceso electoral y a nuestro país. Que mal ejemplo les dio por seguir, el de los que han acrecido fortunas a punta de denigrar nuestra nación. ¡A defender nuestro país! ¡A votar!