Gareca, el argentino que pagó una cuenta pendiente con Perú...
Explotó el país gracias al mismo Tigre que los había entristecido allá por 1985. Hubo feriado nacional
Perú cumplió un sueño el miércoles en esta ciudad, un sueño atesorado con indesmayable pasión desde hace 35 años: clasificar a un mundial de fútbol. La última vez que una selección inca participó fue en España 1982.
El boleto a Rusia tiene el efecto de un poderoso tónico reconstituyente para un país que se resignó a ver por televisión los mundiales desde el de México 1986; la ironía dice que Argentina apeó a Perú de esa cita con un gol de Ricardo el Tigre Gareca, que decretó el 2-2 en Buenos Aires. Y ese verdugo se disfrazó de héroe ahora como seleccionador. Así es la vida.
Explosión social...
“Lo que estamos viviendo lo comparo con la explosión y desborde de entusiasmo que se vivió cuando Perú clasificó a México 1970. Hasta entonces Perú no había ido a un mundial, pues al de 1930 fuimos invitados”, rememora a la AFP Fernando Tuesta, sociólogo en la Universidad Católica e hincha del deporte más popular en Perú.
Hoy Perú se sube otra vez al tren de la historia de los mundiales y toma las calles para celebrar en una explosión de júbilo contenida.
“Casi dos generaciones no han visto clasificar a Perú. Uno ve el entusiasmo en los chicos y eso contagia”, acota Tuesta, que ve en esta hazaña un resorte psicológico y social para un país que vive un momento político especial, sacudido por escándalos de corrupción y con la popularidad a la baja de su presidente Pedro Pablo Kuczynski.
Un Tigre suelto...
La Plaza de Armas de Lima y el Parque Kennedy de Miraflores, abarrotados de hinchas, estallaban de alegría.
“Esto tiene que ver con una unión nacional, estamos metidos todos en esto, era una meta atrasada, un camino difícil y lo logramos... es bueno ganar y tener los pies sobre la tierra”, dijo a la prensa el artífice de todo, Ricardo