Elecciones La sombra de una reelección
no se logra “recuperar el sistema democrático… dignificar el quehacer político, recuperar la confianza de la sociedad, teniendo una postura más abierta a la realidad social…y poner al país por encima de los intereses partidarios. De no hacer estos cambios, sin duda, la ingobernabilidad dominará el panorama social en los próximos años en el país”, sentenció la Pastoral.
Cáritas advierte a la sociedad que “este año cargaremos con un nuevo peso, la oscuridad en el proceso por introducir la figura de la reelección, imagen que todavía no ha sido aceptada por un porcentaje alto de la población; pero además la utilización de la gestión gubernamental como espacio de campaña política”. Sobre la reelección se han emitido opiniones a convenien- cia, pero lo que no se puede desconocer es su ilegalidad por la violación irrefutable a la Constitución, sobre lo segundo, basta ver las ventajas que los reeleccionistas han tenido en el desarrollo de su campaña política respecto a la de sus oponentes, sin que ninguna institución intercediera para hacer los correctivos que ameritaban conforme ley.
El comunicado enfatiza: “Para una gran mayoría: poder, estructura, dinero y organización son instrumentos que difícilmente pueden ser derrotados, pero también se convierten en herramientas para cuestionar cualquier tipo de resultados.” Eso ha ocurrido cuando organizaciones aglutinadas en la Convergencia contra el Continuismo solicitaron declarar nula la inscripción del Presidente como candidato presidencial, aduciendo violentar normas constitucionales y ser un delito de carácter perdurable que de no enmendarse habrá una nueva ruptura del orden constitucional. Si existiera esa llamada “voluntad política”, ya se hubiera dilucida- do la situación, pero la obstinación es tal que obnubila y facilita la advertencia sobre la ingobernabilidad.
Cáritas, en consonancia con el mandato de su creación -como brazo social de la Iglesia-, finaliza expresando que hace siete años apostamos “…por una transición a la democracia menos formal y más real, y sin embargo caminamos rápidamente hacia la precarización de la democracia… en unas elecciones que (se) consideran… arregladas”. Este decaimiento del sistema institucional e incertidumbre del proceso electoral es una realidad social derivado al no desear rectificar lo ilegalmente actuado.
Que la mayoría poblacional esté en contra de la reelección no es un acto antojadizo, sino una actitud ciudadana responsable ante la manera ilegal como se desea imponer, desde la destitución y nombramiento ilícito en el 2012 de los magistrados de la Sala de lo Constitucional, el rechazó oficial de realizar una consulta popular para que el pueblo decidiera y la “aprobación” de la reelección por la CSJ en 2015. Lo anterior demuestra la planificación de la figura reeleccionista y la marcada apatía de la clase política para escuchar a un pueblo ansioso de tener confianza en sus instituciones. Así estamos en nuestra Honduras; sin embargo, siendo que hay que ejercer el derecho a votar y a la vez ejecutarlo como deber, es necesaria la participación ciudadana masiva y comprometida para elegir un gobierno que respete -entre otros- la constitucionalidad y la descentralización de decisiones, factores esenciales en una democracia
Que la mayoría poblacional esté en contra de la reelección no es un acto antojadizo, sino una actitud ciudadana responsable”.