Crisis Diálogo, ambición y soberbia
sedición brutal y temeraria incivilidad desconocen que “para ser revolucionario hay que ser inteligente”: Che Guevara, porque son agitadores cínicos ignorantes de inocultable deshonestidad e incapacidad demostrada. La mentira es su única verdad. Es tiempo ya que tengamos expresidentes, funcionarios, empresarios y parentelas presos por incalculable e inocultable corrupción.
El diálogo es urgente antes que terminen con Honduras los que la anarquizan sin escuchar razones. Debemos apoyar esa iniciativa, más los políticos que crean la crisis. El rector sin liderazgo no participará por estar empecinado en destruir su partido. Ese diálogo debe ser entre hondureños como únicos responsables de nuestro bienestar hablando solo con la verdad porque “cuando la conciencia pierde la resistencia descubre la indecencia”. La verdad es eterna la mentira efímera. Un hombre honesto no puede ni debe ocultar la verdad. Jamás.
En este trance nacional desatado por la ambición y
En este trance nacional desatado por la ambición y la soberbia el diálogo social y político es la única forma de relación saludable”.
la soberbia el diálogo social y político es la única forma de relación saludable. Su significado ha sido desvirtuado hasta convertirlo en arma de unos contra otros. Los posibles dialogantes deben tener objetivos precisos frente al quebrantamiento del Estado de derecho, gobernabilidad y con amor por esta patria que seguimos perdiendo. No prestarle atención sería un diálogo de sordos. Ese gran encuentro nacional para consensuar puntos de convergencia es prioridad para entendernos y superar esta trágica situación que nos retrocede en años y progreso a un costo económico irrecuperable para el país, más las pérdidas empresariales que es el sacrificio del ciudadano emprendedor que se enjarana para mejorar. El que pierde siempre es el pueblo que sufre de desempleo con pobreza.
Nasralla es ególatra en- fermizo usado por la psicopatía de Zelaya haciéndolo su títere útil por inútil en política. Esa alianza sin pies y menos cabeza incita a la desobediencia civil con todas sus consecuencias sabiendo que es un delito que en un gobierno serio, sería penalizado. Estos señores cuestionan el diálogo poniendo condiciones, no entienden y no quieren porque no saben dialogar. Empecinados en la crisis que los mantiene vigentes hablan sandeces como sitiar la capital para que tome posesión el perdedor.
Con orates con progresivo deterioro mental no será posible consensuar. Insisto, los hondureños debemos resolver nuestros problemas. Nada de extranjeros, aquí hay ciudadanos honorables y capaces que aman a Honduras para que intervengan ordenando ese diálogo y hagan deponer dos delitos que deshumanizan al hombre, la ambición y la soberbia