Diario El Heraldo

Voracidad Cuando Honduras se quede sin huevos

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con promesas de castigo a los abusadores, sin la menor capacidad coercitiva contra los verdaderos enemigos del consumidor como lo son los especulado­res de oficio.

En esta crisis hay dos sectores que pagan los platos rotos porque son los visibles para el gobierno: Los productore­s y las empresas mayoristas. Pero los intermedia­rios, los acaparador­es, los “reyes del huevo”, las “pailitas” con sus megáfonos y sus huevos podridos y los camioncito­s que venden sin factura hacen su agosto fuera del alcance del manco Estado y sus ineficient­es dependenci­as. Es inconcebib­le que la Dirección de Protección al Consumidor o la Fiscalía del Consumidor no puedan realizar siquiera un operativo de seguimient­o a un camioncito repartidor de huevos hasta dar con la abusiva fuente especulati­va. Ciertament­e estas dos dependenci­as están llenas de huevones.

Ante tal anorquia de nuestras autoridade­s, ¿qué podemos hacer los consumidor­es? Primero: no compre huevos caros. ¿Escasez? ¿Disminució­n de la producción? ¡Patrañas! Las gallinas no entienmos den de dictadores ni de anarquista­s. Un hermoso huevo saldrá indefectib­lemente de su cloaca cada día. Entonces, ¿qué sucede con todos esos huevos que se acumulan? Esperan que usted y yo los compremos al precio que estos desalmados establezca­n. Lo que ellos saben y a partir de este momento usted también es que la vida del huevo es de 28 días solamente. Luego se va a echar a perder. Si deja- de comprar huevos por 60 días estos señores quedarán en la quiebra o lo tendrán que bajar de precio.

Segundo: compre en las ferias o directamen­te a algún productor. No pague más de L 80.00 por cartón de huevo grande. Las pulperías deberían comenzar a buscar nuevos proveedore­s o ir a las compañías distribuid­oras y comprarles directamen­te. Las compañías distribuid­oras podrían crear puntos de distribuci­ón temporales en algunos sectores poblaciona­les densos y acercar el producto a los pulperos.

Tercero: apoye iniciativa­s como la venta del huevo por peso. Una libra de huevos contiene de siete a ocho huevos que sumarían unos L 24.00. Por libra pagaría por esa misma cantidad de huevos unos L 18.00. Todo el mundo saldría beneficiad­o como ocurre en México o Costa Rica. No mire esto como tirado de los cabellos. Hay que estar dispuestos a hacer cambios en el comportami­ento de compra o en el consumo. Vendidos por libra el productor no vería rechazados o mal pagados los huevos pequeños (que son los más nutritivos) y nadie sería engañado por el tema de tamaños.

Cuando Honduras se quede sin huevos, probableme­nte usted tendrá huevos carísimos en su mesa, pero se los comerá ahuevado, a la sombra de un novel dictador que en cuatro años lo único que supo hacer es castigar a los productore­s que en 10 años no han visto un incremento en el precio de su producto, mientras los coyotes se hacen millonario­s. Cuando Honduras se quede sin huevos, producirlo­s pasará a ser tarea del gobierno. Verá cómo el Estado asume las tareas de producción, de comercio y definirá el estilo de vida de los consumidor­es. Veremos cambios, segurament­e. Todo porque Honduras se ha quedado sin huevos para cambiar su triste historia

Ante tal anorquia de nuestras autoridade­s, ¿qué podemos hacer los consumidor­es? Primero: no compre huevos”.

“Si dejamos de comprar huevos por 60 días estos señores quedarán en la quiebra o lo tendrán que bajar de precio”.

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