Diario El Heraldo

InvItado “Tengo un sueño… seguir soñando”

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Cada tercer lunes de enero en EE UU es fiesta nacional, gracias a Ronald Reagan, para celebrar a King Jr., y este año coincidió con la fecha de su nacimiento el 15 de enero de 1929. Su vida se apagó en 1968, a los 39 años, asesinado hace 50 años por un segregacio­nista en Memphis.

Con su mensaje ganó el Premio Nobel de la Paz en 1964. Desde las escalinata­s del Monumento a Lincoln en Washington en 1963, frente a unas 250,000 personas -con corbata y hasta sombrero según era la costumbre de la época- Mahalia Jackson le gritó: “¡Háblales del sueño, Martin!”. Y el reverendo King dejó el texto y comenzó una extraordin­aria improvisac­ión.

Clamaba por la libertad de millones, por el fin de leyes discrimina­torias, frente a ac- tivistas que, además, lucharon contra la guerra de Vietnam y la pobreza. “Tengo un sueño, un solo sueño, seguir soñan- do”, gritó. Y en otra oportunida­d: “Si supiera que el mundo se acaba mañana, hoy todavía plantaría un árbol”.

Palabras que, según Michiko Kakutani, son símbolo de libertad y no violencia, alentando a los activistas desde la plaza de Tiananmen, hasta Europa del Este. Inspirado en canciones como This Land Is Your Land de W. Guthrie: “Que resuene la libertad desde las altas montañas de Nueva York… desde las suaves pendientes de California”.

Cuando su hogar sufrió un atentado, King le dijo a la muchedumbr­e: “Quiero que améis a nuestros enemigos”… entre los que estaba el FBI -que tiene un largo historial en el armado de causas falsas- y que en 1968 armó un expediente difamatori­o, sin prueba alguna, que lo acusadevol­ver ba de comunista y le atribuía amantes como Joan Báez…

Entre tanto, Trump va al revés. Quiere erradicar 11 millones de indocument­ados -discrimina­dos- y acaba de anunciar el fin del Estatus de Protección Temporal del que se benefician unas 320,000 personas, que llevan una media de 19 años viviendo en EE UU, de los cuales más del 90% son ciudadanos de El Salvador, Honduras y Haití, y que han tenido 275,000 hijos estadounid­enses.

Gracias a las maras, pandillas surgidas gracias a la “ilegalidad” de las drogas y la “guerra” contra estas sustancias desatada por el gobierno de EE UU, El Salvador es el país más violento del mundo, con un promedio de 60 homicidios por cada 100,000 habitantes. Y allí quiere Trump a estos inmigrante­s, a la violencia, a la pobreza y la desocupaci­ón o, más probableme­nte, obligarlos a desafiar la ley y permanecer como indocument­ados.

Económicam­ente EE UU perdería unos US$164,000 millones durante la próxima década, según el Center for American Progress, y El Salvador por la caída de las remesas que equivalen el 17% de su PIB. Además, los controles migratorio­s empujan a los migrantes hacia los traficante­s y las organizaci­ones criminales.

En fin… nunca lo dudes, y ten “un solo sueño, seguir soñando”. Es imposible garantizar que no llegues, como el soñador Steve Jobs, a ser billonario, ni que te ridiculice­n por idealista, pero por allí va el camino de la vida: la esperanza, el amor, la libertad

Entre tanto, Trump va al revés. Quiere erradicar 11 millones de indocument­ados -discrimina­dos- y acaba de anunciar el fin del Estatus de Protección Temporal del que se benefician unas 320,000 personas”.

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