POR ASENSIO NO SE LLEGÓ AL RIDÍCULO
Un gol del canterano sirvió para vencer a Leganés, que puso nervioso al equipo “B” de Zidane...
Sin Cristiano Ronaldo, Karim Benzema ni Gareth Bale, el Real Madrid se atascaba en un gris partido en el Estadio Municipal de Butarque, hasta que la zurda mágica de Marco Asensio resolvió el juego de ida de los cuartos de final de la Copa del Rey.
Se marcaba el minuto 89 y de no ser por el canterano, que pide más chances en la Liga de las Estrellas, el equipo de Zinedine Zidane hubiera cumplido otra de sus peores actuaciones en 2018.
En su visita a Butarque, los Blancos resultaron un equipo insulso y falto de determinación. El plan B de Zidane no pasó de ser un grupo educado y controlador, pero pocas veces capaz de intimidar a un rival ordenado que, sobre todo en el complemento, tuvo las mejores opciones antes del gol de Asensio.
Leganés vio tan inofensivo a su rival que se estiró en el segundo tiempo, el rato del encuentro en el que RM bordeó el ridículo (Marcos Llorente la había mandado al larguero de su meta en un despeje y una volea espléndida de Beauvue provocó una estupenda reacción de Casilla).
Gol de otro juego
La solución de Zidane a lo que sucedía fue dar entrada a Modric e Isco para que se hiciesen con el control de un partido que comenzaba a desbocarse.
Y el partido parecía terminado en empate cuando Marco Asensio sacó su varita mágica para rematar a la escuadra en el primer palo un centro de Theo Hernández. Un golazo que supo maquillar otro pobre rendimiento blanco