Los gritos del silencio
“Los gritos del silencio” se llama una película filmada en 1984 que narra la odisea que tuvieron que sortear dos periodistas –uno estadounidense de The New York Times y otro camboyanopara lograr escapar con vida de Phnom Penh, capital de Camboya, en los tiempos del régimen de terror de Pol Pot y sus jemeres rojos.
La cinta y la guerrilla maoísta de Pol Pot, ataviada con pañoletas que cubrían sus rostros, sus gritos, su furia esquizofrénica cada vez que detenían a un camboyano y luego lo golpeaban y le cerrajeaban sus AK-47 –acusado de “contrarrevolucionario”fue la primera imagen que se vino a mi mente cuando vi un video de una periodista de un canal sampedrano, a quien una turba de encapuchados casi linchan. Los “jemeres rojos” hondureños la persiguieron, la ultrajaron, la humillaron. Y ni siquiera la acusaron de “contrarrevolucionaria”. En el “juicio sumario” que le siguieron en plena vía pública –entre contradicciones mutuas y gritosla “acusaron” de estarlos filmando. La irracionalidad humana pocas veces se ha visto tan cruda como cuando los jemeres rojos asumieron el poder en Camboya en 1975. Asesinaron y torturaron a casi dos millones de camboyanos – la cuarta parte de la poblacióny a los que no mataron, los mandaron a trabajos forzados al campo, donde miles murieron de hambre. La consigna de Pol Pot era la aniquilación total de la civilización urbana –por burguesa-, desoló las ciudades y se propuso una reforma agraria radical que, como en todo el planeta, fracasó estrepitosamente.
Su régimen fue tan sanguinario y despiadado que hasta Vietnam, que era su aliado y los había apoyado en su revolución contra el gobierno de facto e ilegítimo, los acabó derrocando en 1979.
En pleno fragor de las denuncias de la Maccih y de la defensa a ultranza de la bancada nacionalista, no he podido dejar de asociar esa imagen de la reportera televisiva –cuando era perseguida y ultrajada sin ningún motivo- con el salvajismo de los jemeres rojos. Albert Einstein decía que hay dos cosas infinitas: “La estupidez humana y el Universo”. Y de lo segundo, decía, no estaba tan seguro
"Los ‘jemeres rojos’ hondureños casi linchan a la periodista por estarlos filmando"