Calles más seguras para los peatones
Las nuevas autoridades municipales de la capital iniciaron el jueves su gestión con el compromiso de darle prioridad al ciudadano, al peatón, al transeúnte, a quien más sufre la anarquía del tráfico en la ciudad.
Según datos oficiales, más de 400 mil personas transitan a diario por las escasas aceras de la capital, algunas con tragantes sin tapadera o cubiertas por la maleza, para llegar a sus lugares de destino. Tal recorrido está lleno de incomodidades y peligros, y no nos referimos a los de la criminalidad, sino a los conductores que dejan sus vehículos estacionados en las aceras -obligando al peatón a caminar por la calle-, que no respetan las señales de tránsito, que circulan a exceso de velocidad, bajo los efectos del alcohol o que no son capaces de dar el paso a ningún parroquiano que se les atraviesa en el camino. La inseguridad, la angustia, el estrés que causan semejantes condiciones de tráfico son peores para los más vulnerables, ancianos y niños, para quienes tampoco suele haber asomo de cortesía ni consideración en calles, avenidas y bulevares.
La nueva comuna proyecta la construcción de aceras para personas con discapacidad y túneles peatonales, como el que próximamente será inaugurado en el bulevar Centroamérica, así como la instalación de semáforos inteligentes que prioricen el paso de las personas de a pie. También se promoverá el uso de transportes no motorizados, como bicicletas, lo que no solo redundará en una menor contaminación y congestionamiento, sino en la salud de quienes hagan uso de estos medios.
Recibimos estos proyectos con optimismo, con alegría, como parte de varios cambios que son necesarios para hacer de la capital un lugar mejor para vivir y circular, entre ellos la señalización y restauración de espacios públicos y la reforestación en áreas grises. Lo que no hay que olvidar es que, paralelas a estas obras para darle su espacio al peatón, deben cumplirse las reglas de tránsito así como la ordenanza municipal Primero el Peatón, aprobada en 2017. Para ello, es necesario educar y concienciar, pero también vigilar y sancionar cuando sea necesario. Solo así veremos una ciudad con calles más seguras para todos, sobre todo para los más vulnerables, los peatones