EntrE ParéntEsis Donde fueres...
solo así evité parecer descortés. Después, no solo entendía bien la pregunta, sino que me atreví un par de veces a indagar el nombre de mis interlocutores con la misma fórmula. Otro tanto me ha ocurrido en el extranjero cuando me presentan para comer un platillo o bebida que no sé a ciencia cierta cómo acometer: no queda más que observar a la gente y ver cómo lo hacen (puede ser complicado cuando uno es el invitado, pues en algunas sociedades es este quien debe empezar a comer…). Por fortuna, la mayoría de las personas son condescendientes con la candidez del forastero y, en medio de risitas, le corrigen a uno.
Con la instalación de una nueva legislatura del Conlectivas greso Nacional, algo parecido a esto le ocurrirá a los nuevos diputados y diputadas. Aunque haya una Constitución de la República, una Ley Orgánica de ese poder y sendos textos que explican el proceso y técnicas legislativas, o los procedimientos parlamentarios, mientras no ocurra ningún evento excepcional que modifique la acre cultura política local, será la observación y práctica de todos los días la que les dirá cómo habrán de librar sus batallas en el hemiciclo. Tendrán que escoger si siguen al pie de la letra el texto del refrán, adoptando una conducta similar a las de antaño (y que por cierto hoy le reprocha la población al parlamento), o si se atreven a desarrollar buenas prácticas, individuales o co- (como fracción o bancada), desafiando viejas mañas y hábitos, sean estas del oficialismo o de la oposición de turno.
Un veterano diputado me dijo una vez que “el Congreso educa, forma…y doma”. Y le creo: alguna vez me encontré caminando por una acera a un novel y contestatario político que ese día concluía su primera semana de “estreno” como congresista en la cámara; al preguntarle cómo le había ido, se rascó la cabeza y con cara seria me dijo: “He aprendido más en tres días de sesiones que en varios años en política”.
Hoy, con el Congreso Nacional en la mira de la población, veremos si nuestros nuevos representantes se atreven a desafiar -para bienel texto de aquel refrán