Diario El Heraldo

La historia de amor entre dos amigos que se unieron a través del dolor

Sólida pareja El cónsul honorario de Uruguay y su esposa nos abren su corazón para contarnos sus mejores experienci­as en estos 37 años de aventuras, sueños y una que otra prueba difícil que ha fortalecid­o aún más su relación

- TEGUCIGALP­A Pedro Cubas y Aída Zavala

Hay muchas experienci­as que acercan a una pareja, pero esta es algo inusual. Nos trasladamo­s a la pintoresca comunidad de Santa Lucía para conversar con una de las parejas más queridas de la sociedad capitalina: Pedro Cubas y Aída Zavala de Cubas, un cuento de hadas de la vida real, cuya aventura de amor inició luego que ambos perdieran a uno de sus padres y a través del dolor se convirtier­on en cómplices y enamorados para toda la vida.

¿Cuándo y dónde se conocen? PC: Nos conocíamos desde antes y yo siempre dije “esa muchacha me gusta” y mi amigo se llevaba con los hermanos de ella. La iniciativa la tomé yo invitándol­a a salir, ya que sentía que había algo que nos unía y era más la atracción que yo sentía por conocerla que ella por mí, pero con el tiempo comenzamos a acercarnos cada vez más. Yo estaba estudiando en Guatemala.

¿Qué pasó después de esa primera salida? AZ: Él estudiaba en el extranjero, salimos y luego de esa salida no perdimos contacto nunca más, él no regresó a Guatemala, solo a recoger sus cosas. Estábamos muy jóvenes, yo tenía 21 y él 24 años. Él había perdido a su mamá y yo a mi papá. Fuimos novios ocho meses.

¿Creen ustedes que los tiempos han cambiado y que los valores en la familia ahora son diferentes? PC: Era muy importante para mí en ese momento tomar decisiones, de esas cuando uno se hace verdaderam­ente hombre y tomar la decisión de asumir una nueva responsabi­lidad implicaba los valores que nos fueron inculcados, ya que ambos veníamos de hogares cristianos y al momento de tomar decisiones lo hacíamos con más profundida­d. Ahora ya no es así en las parejas actuales, porque solo quieren probar si funciona y si no pues se divorcian.

¿Cuáles han sido las dificultad­es más complicada­s de superar en estos 37 años? AZ: Yo salí embarazada casi inmediatam­ente y tuve un embarazo muy tranquilo y normal, pero fue muy difícil cuando tocó el nacimiento del niño, luego me dio una peritoniti­s y estuve a punto de morir y el médico decía que mi vida es un milagro. Nos sentíamos muy asustados y solos, pues porque éramos solo nosotros los que debíamos tomar decisiones y ese momento nos hizo madurar, ya que fue una de las etapas más difíciles de superar juntos porque éramos muy jóvenes y no sentíamos que estábamos preparados para enfrentar esto solos.

¿Cuántos hijos procrearon durante este tiempo? PC: Tuvimos cuatro hijos, dos que nacieron y dos que no lograron nacer por las dificultad­es que contaba Aída, pero los dos que nacieron están con nosotros y son Pedro José y Álvaro Enrique, ambos han sido piezas fundamenta­les para fortalecer nuestro hogar.

¿Cómo han logrado mantenerse de pie y transmitir valores a las familias de su círculo social? PC: El ejemplo es importante, ya que nosotros creemos que la mejor influencia que podemos ejercer en los demás es

Las pruebas difíciles nos hicieron crecer y ser el matrimonio que somos ahora”.

a través de nosotros mismos, el inculcarle a nuestros hijos es con nuestro propio espejo para que ellos sigan el mismo modelo. También el moldear nuestro carácter, aún después de 37 años seguimos conociéndo­nos.

Hablando de carácter, ¿quién es más enojado?

(Ambos se sueltan en risas...). AZ: Bueno, la verdad es que él dirá que soy yo y yo diré que es él, pero la verdad es que Pedro tiene un carácter excelente y quizás la más enojada soy yo y hasta cierto punto no enojada, sino caprichosa. Pero al final somos cómplices, amigos y como le digo yo a veces hasta siento que soy un poco su mamá, pero creo que esto es que lo que hace bonita una relación: la diferencia de pensamient­os, ya que cada día son nuevos retos.

Don Pedro, ¿qué fue lo que más le atrajo de doña Aída, y qué vio en ella para convertirl­a en su esposa?

PC: Uno siempre quiere la mejor madre para sus hijos y vi en ella una mujer amorosa, centrada, cariñosa y de buen gusto para las cosas de la vida y sobre todo que coincidíam­os mucho con las preferenci­as de ella y las mías. Teníamos una afinidad que nos la puso Dios y solo es de moldear un poco esa relación para poder llegar a esta aventura juntos y obviamente la parte física cuenta mucho, pero al final eso se nos va y lo que prevalece es el interior.

Doña Aída, ¿cuál es la cualidad que más la enamoró de don Pedro?

AZ: Siempre se lo he dicho, me encantó mucho ver esa relación que él mantenía con su papá, que siempre había ese respeto y a la vez esa camaraderí­a y yo quería lo mismo para mis hijos, que fueran grandes amigos y que se relacionar­an bien entre ellos, inclusive en nuestro noviazgo su padre siempre estaba con nosotros, eso resalta entre otras cualidades como carismátic­o, alegre, le gusta bailar y que si yo soy un poco apagada, él se encarga de hacerme feliz.

¿Cuál es la receta básica para superar los problemas de pareja?

PC: Bueno, lo primero es que alguien tiene que ceder, ya que en el matrimonio siempre quisiéramo­s tener la razón, pero a medida pasa el tiempo nos damos cuenta que no vale la pena discutir, y como anécdota una vez nos encontramo­s a un amigo en un mall y nos dijo, nunca discutan porque yo acabo de perder a mi esposa y ese tiempo se pierde en vez de estarse amando y respetando, eso nos ayudó a seguir en este camino y tratar de vivir en armonía siempre.

¿Cómo ser ese ejemplo para sus hijos?

AZ: Yo siempre hablo de la parte espiritual, ya que ambos venimos de hogares cristianos, siempre en cada problema se discute en el margen del respeto, que es lo más importante, y les hago hincapié en nosotros y les digo que no nos han visto haciendo eso e incluso les digo: “si en la casa eso no lo hacías”, “no te enseñamos eso”, pero la verdad es que ellos siempre son bien parecidos a nosotros y tratan de perpetuar las buenas costumbres del hogar.

¿Ellos están casados?

AZ: Solo el menor, y pues la verdad no vemos en su esposa a una nuera, sino a una hija, ya que ha sido una bendición porque creció la familia y estamos a la espera que lleguen los nietos, que nos traten de imitar en lo bueno y superarnos.

¿Qué actividade­s disfrutan juntos como pareja?

PC: Hacer ejercicio juntos nos divierte mucho, caminar y andar juntos, ya que aprovecham­os para ejercitarn­os y conversar al mismo tiempo. También los antojitos, ya que a ella le gusta mucho el sushi y a mí también, entonces siempre nos proponemos andar descubrien­do lugares y cuando vemos lugares los visitamos; aunque la comida típica no la dejamos por fuera. Aída es muy hogareña y ella disfruta mucho los convivios familiares aquí en casa, ella aboga mucho por la unión familiar.

¿Tienen alguna experienci­a juntos que deseen recordar en este momento?

PC: Claro que sí, coincidimo­s con Aída en esta respuesta, ya que tuvimos la oportunida­d de viajar a Tailandia y de disfrutar parajes exóticos, el calor de la gente, otra cultura y aunque no sabíamos su idioma con una sonrisa de ellos nos sentíamos bien.

¿Qué consejo le darían a las parejas jóvenes recién casadas y matrimonio­s consagrado­s?

PC: A los caballeros, que traten con delicadeza y como una reina a su esposa y que no escatimen en detalles, a veces un mensaje, una llamada o quizás una flor significan mucho para ellas y, cuando se pueda, una cena romántica u otro obsequio.

AZ: A las mujeres, que atiendan a su esposo y que siempre lo hagan sentir que lo esperan en casa, cuando uno se casa enfrenta muchos obstáculos, pero con Dios en el centro del hogar todo es mejor

El amor hay que regarlo y podarlo, así que si no hay amor sólido no funciona ningún proyecto en el matrimonio”.

“Es importante tener a Dios en primer lugar para que él nos ilumine cada día, eso nos ha ayudado en momentos buenos y malos”.

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FOTOS: MARVIN SALGADO Respeto, amor y Dios como centro de su hogar es la receta perfecta para que Pedro Cubas Sandoval y Aída Zavala se mantengan tan unidos como el primer día.
 ??  ?? (1) Como si fuera un cuento de hadas de la vida real, ambos disfrutan salir a caminar juntos y conversar de diferentes temas en común. (2) Siguen tan enamorados como hace 37 años. (3) Les encanta pasear y conocer nuevos lugares juntos, las caminatas...
(1) Como si fuera un cuento de hadas de la vida real, ambos disfrutan salir a caminar juntos y conversar de diferentes temas en común. (2) Siguen tan enamorados como hace 37 años. (3) Les encanta pasear y conocer nuevos lugares juntos, las caminatas...

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