Caos vial en la Kennedy y Tránsito, bien gracias
La mayoría de los capitalinos está consciente de que los atascamientos viales que han venido a agravar las múltiples obras de infraestructura en desarrollo son parte del sacrificio que toca hacer en aras de un bien mayor y del bienestar que tarde o temprano empezaremos a experimentar. Lo anterior, sin embargo, no es excusa para la anarquía que prima en sectores como el bulevar Centroamérica, entre la segunda entrada de la colonia Kennedy y residencial Plaza, donde el semáforo prácticamente está de adorno en las horas pico. Lo más lamentable es que de nada sirve la presencia de los agentes de Tránsito, ya que los conductores siguen haciendo doble fila para girar en la misma dirección, se pasan el semáforo en rojo, impidiendo que pasen los de- más conductores que tienen el turno para avanzar. Es un caos terrible donde la ausencia de la autoridad da pena ajena ya que están allí pero sin estarlo, no ponen orden y más parecen estatuas pintadas de azul.
Lo increíble es que este pandemonium ocurre a pocas cuadras de la Dirección de Tránsito, que no es capaz de implantar el orden y el respeto a las señales y permite tal caos debajo de sus narices. Esta situación empeora los ya de por sí naturales inconvenientes que generan los trabajos que se realizan a la altura de la primera entrada de la Kennedy y residencial Plaza. En la última semana he sido testigo de al menos dos choques producto del abuso de los conductores que avanzan como desesperados, pitando como locos y cometiendo todo tipo de imprudencias a vista y paciencia de los agentes, que parecen más perdidos que un perro en un viacrucis. Por favor, tomen nota y al regreso de la Semana Santa hagan sentir su presencia.