InvItado Quinto aniversario del pontificado del papa Francisco
lia celebrados en el Vaticano en octubre 2014 y 2015, respectivamente, lo cual permitió poner sobre la mesa la situación de las familias en el mundo actual, ampliar la mirada y reavivar la conciencia sobre la importancia del matrimonio y la familia.
En abril de 2015 publicó la bula “Misericordiae vultus” con la que se puso en marcha el Jubileo de la Misericordia en todo el mundo. También ha firmado 23 “Motu Propio” sobre diversos temas como la reforma de la curia romana, la transparencia económica, la reforma del proceso de nulidades matrimoniales o la traducción de textos litúrgicos. En todos estos años ha celebrado 219 audiencias generales los miércoles, con ocho ciclos de catequesis sobre la profesión de fe, los sacramentos, los dones del Espíritu Santo, la Iglesia, la familia, la misericordia, la esperanza cristiana y la misa, tema que está desarrollando ahora mismo.
Ha realizado 22 viajes internacionales y 18 en Italia. Ha convocado a cuatro sínodos de los obispos: dos sobre la familia realizados en el Vaticano en octubre de 2014 y 2015, respectivamente. Otro sobre los jóvenes que se celebrará en el mes de octubre de 2018 y otro especial, sobre la Pan-Amazonia, que tendrá lugar en octubre de 2019. Además, convocó el Año extraordinario de la Misericordia (2015-2016). Ha celebrado siete jornadas especiales, como la de Ayuno y Oración por la Paz en Siria, la Jornada 24 Horas para el Señor, la Jornada Mundial de Oración por la Creación o la Jornada Mundial de los Pobres, que se tuvo lugar por primera vez en 2017. Ha convocado las Jornadas Mundiales de la Juventud (JMJ) de Río de Janeiro (Brasil) en 2013, la de Cracovia (Polonia) en 2016 y tiene previsto asistir a la de Panamá en enero de 2019.
Como corolario, el papa Francisco nos exhorta a ponernos al frente de un movimiento de conversión misionera de nuestras iglesias, buscar reavivar el ardor evangelizador de nuestras comunidades y salir al encuentro de los que buscan en la oscuridad la felicidad y la salvación, nos corresponde ser iglesias abiertas, acogedoras, preocupadas por el bien de los que no están con nosotros. Nos sentimos llamados y obligados a ofrecer a todos con humildad y sinceridad este bien inmenso que es el conocimiento de Jesucristo, la fe en el Dios Padre, Creador y Salvador, la alegría de la gran esperanza que Dios tiene preparada para sus hijos