Invitado Lo que el huracán María no se llevó en Dominica
no tenía nada. Por donde uno mirara, había destrozos y escombros. Fui testigo del sufrimiento y de la frustración de la gente cuando llegué a Roseau en septiembre de 2017 a reunirme con el Gobierno.
Como hicieron los millones de afectados por la sucesión de huracanes, los dominiqueses activaron de inmediato sus redes de apoyo familiares, comunitarias y gubernamentales. Las mismas serían extremadamente útiles - de hecho, imprescindibles - pero no suficientes para lidiar con semejante desastre. Por ello, el Gobierno de Dominica pidió apoyo internacional.
La respuesta de organismos regionales e internacionales, de gobiernos, de empresas privadas, no se hizo esperar. El Programa Mundial de Alimentos (WFP) inició su operación de emergencia para Dominica desde su sede regional para América Latina y el Caribe en Panamá unos días después de la llegada del huracán.
Rápidamente enviamos expertos en logística, programas y telecomunicaciones, entre otros, tanto a Dominica como
La respuesta de organismos regionales e internacionales, de gobiernos, de empresas privadas, no se hizo esperar”.
a diferentes puntos del Caribe durante la nefasta temporada de huracanes de 2017. Ya habíamos desplegado expertos del WFP a Antigua y Barbuda y a Sint Marteen en preparación para el huracán Irma, que hizo impacto una semana antes.
Miles de toneladas en asistencia también se despacharon desde el Depósito Humanitario de Naciones Unidas que es administrado por el WFP en Panamá, desde donde prestamos servicios a 16 socios humanitarios.
Otras rutas y proveedores se usaron en Dominica para transportar galletas fortificadas, raciones de comida y más equipos. Íbamos por mar, aire y tierra. A menudo se formaban cadenas humanas para recibir las provisiones.
Los dominiqueses pusieron todo de su parte para restablecer la normalidad lo antes posible y nosotros apoyamos su esfuerzo. Fue el caso de las transferencias monetarias de emergencia que el Gobierno inició en diciembre con apoyo de WFP y UNICEF.
Para las transferencias se usó el sistema de protección social existente. Las personas ya registradas, consideradas las más vulnerables, podían beneficiarse del programa. Cerca de 200 millones de personas, o sea casi el 35% de la población latinoamericana, ya se beneficia de sistemas de protección social para reducir la pobreza. Es una excelente herramienta en caso de emergencia.
En Dominica, un tercio de la población de 73,000 personas se ha beneficiado del programa que concluimos la semana pasada. El programa permitió que la gente afectada cubriera sus necesidades básicas inmediatas y accedieran a alimentos.
Tenemos que estar preparados para la próxima temporada. El WFP está trabajando en ello con los países de la región. Porque ante una emergencia, la vida de los afectados cambia de un día a otro. El impacto que tuvo el huracán María probó que el espíritu humano puede resquebrajarse, pero no quebrarse. El viento no se llevó lo más importante. Lo vimos en Dominica