Diario El Heraldo

Tragedia en el sistema educativo PÁGS. 44 Y 46

El homicidio habría sido perpetrado por dos sujetos que hasta el momento no han sido identifica­dos por las autoridade­s policiales. El crimen se produjo en una de las aulas de clases de la Escuela Ángel G. Hernández

- El Heraldo diario@elheraldo.hn

En Esquipulas del Norte, Olancho, fue ultimado un docente cuando impartía clases; en el hecho salió herido su hijo de 11 años. En Tegucigalp­a, un alumno de séptimo grado murió al ser alcanzado por una bala en un confuso tiroteo

Con su libro de la cátedra de matemática­s en una mano y un marcador color azul en la otra, tirado entre las sillas de sus pequeños alumnos quedó el cuerpo sin vida de un maestro en el aula donde impartía el pan del saber.

Desde muy temprano, como acostumbra­ba a diario, llegó a su lugar de trabajo. Sin faltar la cortesía, saludó a sus colegas después de gozar de una semana de vacaciones. Todo parecía desarrolla­rse con normalidad en la fresca mañana en la Escuela Ángel G. Hernández, del próspero municipio de Esquipulas del Norte, en el departamen­to de Olancho.

Pero esta tranquilid­ad cambiaría de un momento a otro.

De repente, varias detonacion­es de arma de fuego hicieron que la histeria se apoderara de alumnos y maestros de este centro educativo.

Dos hombres participar­on

Dos sujetos con pistola en mano ingresaron a una de las aulas de clases en la que enseñaba sus cátedras el maestro de educación primaria Erick Walberto Banegas Ortiz, de 31 años de edad. En el momento en que les explicaba en la pizarra un ejercicio matemático que consistía en encontrar el área de un rectángulo, los sicarios entraron al aula y sin importar que enfrente tenían una camada de mozalbetes, dispararon en contra de la humanidad del maestro, hasta matarlo.

El mentor Erick Banegas cayó desplomado, boca arriba, entre los pupitres ocupados por sus pupilos. Estos, tras presenciar el dantesco crimen, salieron aterroriza­dos de su salón de clases para ir a refugiarse a las otras aulas de la Escuela Ángel G. Hernández. Mientras tanto, el cuerpo de su maestro yacía entre las sillas, en un charco de sangre.

Se está investigan­do

Según el informe preliminar en poder de la Policía Nacional, el suceso ocurrió aproximada­mente a las 8:40 de la mañana, unas horas después de que Banegas Ortiz había ingresado a dicho centro educativo.

Jair Meza, portavoz de la Secretaría de Seguridad, afirmó a EL HERALDO que “los equipos especiales de la Policía Nacional se desplazaro­n al lugar, es un lugar bastante retirado de Juticalpa y estamos esperando que nos den las primeras hipótesis”.

Meza agregó que con los primeros indicios que se puedan recabar en la escena del crimen podrán presentar las pruebas necesarias para identifica­r y capturar a los autores materiales.

Las autoridade­s investigan si el asesinato se debió a enemistade­s personales o a problemas derivados por el ejercicio de su profesión.

Su hijo resultó herido

El mentor era subdirecto­r de

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Erick Ralberto Banegas Ortiz (31) Rodis Eduardo Peralta Rivera (12) Alumno de séptimo grado Maestro
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El mentor quedó tirado en medio de las sillas de los niños.
Les estaba explicando un ejercicio matemático a sus pupilos. El profesor Erick Banegas en vida.
FOTOS: EL HERALDO Alumnos y maestros estaban consternad­os por lo sucedido. El mentor quedó tirado en medio de las sillas de los niños. Les estaba explicando un ejercicio matemático a sus pupilos. El profesor Erick Banegas en vida.

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