Los indultos a patrones miserables
Tras las reformas significativas al 1.5 por ciento de Impuesto Sobre la Renta (ISR), el fisco dejará de percibir en los primeros tres años 2,500 millones de lempiras, pero buen mazo de empresarios sigue –como siempre- llorando porque sienten demasiadas cargas sin cumplir los pactos con el gobierno. Da pena oírlos quejándose por todo.
Muchos financieros están molestos con el gobernante Juan Orlando Hernández Alvarado porque siendo presidente Porfirio Lobo Sosa se aprobaron varios tributos que no solo afectan sus intereses sino el de las grandes mayorías. Sus presiones –hasta políticasorillaron al Congreso actual a revisar y reducir el 1.5 por ciento exigido por el Cohep.
Las reformas pasaron como un rayo. El primer año (2019) el Estado dejará de ganar 600 millones de lempiras, el siguiente 900 millones y mil millones en 2021, para un total de 2,500 millones de lempiras. Todo a cambio de que los patrones generen miles de empleos, pero al final nadie de la empresa privada rinde cuentas de nada. Mentirosos.
Solo una industria lechera en Honduras genera 6 mil empleos directos y 60 mil indirectos, mientras una cadena de supermercados sigue creciendo en todo el país dotando de préstamos hasta pequeños agricultores, según datos del Ministerio del Trabajo. Sin embargo, gran cantidad de sociedades se estancó teniendo enormes capitales. Es aquí donde surgen mil dudas de la falsa conducta de muchos empresarios. Lloriquean a cántaros cuando les urgen sus apetitos y se hacen los idos al lograr
“Sería justo que los empresarios sean auditados si generan los empleos prometidos”.
sus propósitos. Parece que nunca son sinceros. Es como cuando gimen de los periodistas chantajistas y por cobardía o por tener techo de vidrio los atoran con agua y cemento de sus compañías.
La merma del 1.5 por ciento de ISR es realidad, por tanto deben cumplir los arreglos. Mediten sus pasos, sus palabras, ya no violenten sus ofertas porque en la calle nadie está para más cuentos sino para que los salarios rindan frutos con las cuentas. La canasta básica sigue en las nubes por tacañería de ustedes. El cielo no se gana cargando al Cristo en Semana Santa ni rezando a lo diablo