Metamorfosis, la clave del cine de ciencia ficción
De Josh Brolin a Doug Jones, actores que poseen la valorada cualidad de reinventarse y adaptarse a las exigencias del guión
Hace varias décadas del cine de ficción no se esperaba más que repetitivas secuencias de acción, explosiones, diálogos cursis y actores en trajes de spandex. Al género no se le consideraba un digno con tendiente de producciones convencionales hasta la llegada de sagas como X-Men, la trilogía Dark Knight de Christopher Nolan y el debut de Iron Man que marcó el auge de los superhéroes, cuya tendencia recae en las trasformaciones extremas. Y es ahí donde validos por la tecnología del maquillaje y prótesis que aportan mayor realismo, un selecto grupo de actores han encontrado la capacidad de adaptarse a las exigencias del guión. La más reciente transformación es la de Josh Brolin como el titán Thanos en Avengers: Infinity War, y Cable, el villano de la secuela de Deadpool, a estrenarse en mayo. “Mi cara se está transformando en algo mecánico, feroz, de pelo corto, con un brazo mecánico, abultado”, co- mentó en referencia el intérprete de 50 años.
A un lado de los superhéroes, Doug Jones ha logrado por sí solo su título de “actor camaleónico”. Gracias a sus 192 centímetros de estatura, su preparación como mimo, su control del contorsionismo y facilidad a la hora de expresar sin necesidad de palabras, Jones es el monstruo de las 1,000 caras de Guillermo del Toro y de Hollywood. En la recién laureada “La forma del agua” encarnó al hombre anfibio; en 2004 fue Abe Sapien en Hellboy, un anfibio de corte intelectual, amante de la música clásica y los libros, y el único amigo del poco convencional héroe rojo; en el “El laberinto del fauno” (2006) la hizo del Fau- no y el Hombre Pálido. A él se suman las increíbles transformaciones de Paul Giamatti, Tim Curry, Ralph Fiennes y Ron Perlman