Nahún Espinoza: No tengo ni siento presión
De cara al repechaje ante Platense, el DT de Olimpia habló del cruce y de lo complejo de su cargo. “El domingo apenas pude dormir; esta es una profesión desgastante y aquí uno envejece rápido”
Con menos horas de sueño que de costumbre y sin desconocer que ante Platense bien podrían jugar los últimos 180 minutos del torneo en caso de no salir con las ideas claras, el menor del clan Espinoza tomó la pizarra y afinó a sus pupilos después de una charla directa y muy sincera... “No fue una plática de motivación solamente, es de ponerlos claros en todo. Hemos tocado lo concerniente a la competencia, reglamento, condiciones en que se puede jugar el partido y todo lo que significan seis meses de trabajo, que se resumen a dos partidos”, confesó el entrenador de Olimpia. Nahún Espinoza sabe que no pueden fiarse ni en la ida de mañana en Puerto Cortés ni en la vuelta del domingo en la capital. “Viene la hora buena en donde hay que definir”. El repechaje puede ser tan accesible como peligroso. Por eso, antes de la práctica en Amarateca habló con sus jugadores durante unos 20 minutos. Luego se expuso al cañón de la prensa y allí se vio al Nahún más versátil: sonriente, serio, amigable, desconfiado y emisor de varias frases dignas de leer...
Bueno, profe. A las puertas del repechaje, ¿siente pasión o presión? Pasión, presión no. Mi presión hubiese sido si yo quisiera tener una carrera larga como entrenador; yo tengo 53 años y puedo seguir dirigiendo, pero ya dije que me retiro, ¿qué presión puedo tener si yo ya me voy?
Pero me imagino que aquí hay más desvelo que de comentarista... Ja, ja, ja... No, nada que ver (la comparación), créame que yo no estoy muy tranquilo ja, ja, ja.
Se duerme menos, ¿no? Uf, mucho menos; por ejemplo, yo te digo que el domingo apenas pude dormir porque esta profesión de entrenador es desgastante. La verdad que por algo me estoy retirando ja, ja, ja. No, aquí uno envejece más rápido.
¿Acaso le quita el sueño Rundell Winchester? A mí ningún jugador contrario me quita el sueño, porque un futbolista bueno del otro equipo va a hacer cosas buenas; a Messi lo quieres parar y ... o sea, es bueno. Pero también nosotros tenemos jugadores buenos y ellos también tendrán que preocuparse por lo nuestro. Tampoco es que todo lo podemos. Hay 100 de largo por 70 de ancho en el campo y César Luis Menotti (entrenador argentino) decía que son demasiados metros como para decir que no podés jugar.
¿Se exige mucho como entrenador?
Ellos (jugadores) me están conociendo y yo a ellos, pero mi objetivo principal es dejarles algo: una palabra, un entrenamiento o un consejo. De repente los puedo hasta agotar, pero de todas maneras mis tiempos acá son cortos. Ya les dije que en el futuro también nos podemos sentar a tomar un café y a hablar de fútbol ja, ja, ja.
Vimos que habló con Wilson, ¿está para jugar? No les extrañe que Wilson aparezca en uno de estos partidos. Yo dije: “Si Wilson no está bien, yo no lo pongo”,
A mí ningún jugador contrario me quita el sueño; Winchester anda bien, pero tenemos lo nuestro”.
pero si él me dice: “Profe, estoy bien, quiero jugar”, no les extrañe que en algún partido juegue, corriendo los riesgos que ustedes saben. Ustedes tienen que ser analíticos y yo no voy a esconderme, simplemente asumiré un riesgo, grande por cierto.
¿Cómo lo ha visto?
Muy bien, ya me dijo que está bien, por eso digo que ya cuento con él. Pero es un riesgo. Yo le digo que va a jugar y lo hace mal, bueno... yo soy el culpable; ustedes critíquenme. Ya les dije que si perdemos, el culpable soy yo. La gente siempre quiere encontrar culpables, la sociedad así es, le gusta y busca los culpables. A la prensa deportiva le encantan los culpables, pues hombre, cúlpenme.
Usted la pone fácil...
Pero facilita, ¿cuál es el problema con culpar? Usted señale si quiere, si allá Dios nos está viendo y con ese dedo con el que apuntas en algún momento de tu vida también te van a apuntar.
Las estadísticas dicen que en la ida de las repescas le cuesta a Olimpia...
Eso te dice que es difícil. El que en Olimpia piense que está en semifinales, está muy equivocado; Platense es un buen equipo. Hay que trabajarlo, jugarlo lo mejor posible, tener sobre todo una personalidad definida porque los jugadores ganadores tienen una característica: se saben ganadores y hacen lo haya que hacer, lícitamente, en el campo de juego.
¿Es bueno ir a repechaje para tener más partidos?
Hubiese sido mejor estar en semifinales, porque este equipo no necesita más partidos; este es el club de la Liga que más encuentros ha jugado. Estuvo en la Concachampions y tiene un desgaste. Fue una primera vuelta asfixiante para todos los clubes; no creo que el fútbol de Honduras esté preparado para esas maratónicas jornadas, pero ahora lo importante es enfocarse en lo que viene.
¿Es tan peligroso este Platense de Carlón?
Definitivamente. El muchacho Winchester está muy bien, es muy rápido, tiene fuerza y está haciendo goles. Platense también tiene jugadores altos y sabe implementar esa característica en un momento dado. Son cinco o seis cabeceadores y hay que estar preparados para neutralizarles y superarles.
¿Cómo se prepara un partido con tan poco tiempo?
Mira, por algo no duermo. No duermo porque la decisión de un técnico es no equivocarse en la escogencia y en el entrenamiento. Si te equivocas en eso, vas a pagar. Pero todos los que participamos del deporte competitivo somos gente de riesgo, no podemos especular ni tener temor. Hay un principio: temor de la derrota o buscar la gloria de la victoria, entonces define qué quieres. En estas instancias la motivación crece.
Usted ha dicho que hay equipos mejores, pero ¿hay razones para creer en el título?
Bueno, ¿qué es lo que distingue la historia de Olimpia? ¿Usted cree que Olimpia siempre ha jugado bien? No, la historia de Olimpia es que ha sido un equipo que nunca se ha dado por vencido; un club que hasta ha remontado marcadores en el último minuto, entonces eso significa el Olimpia: nunca darse por vencido.
Como olimpista de cepa, ¿qué siente al ver que el León no ha estado en las últimas finales?
Me duele, pero esto hay que cambiarlo y lo vamos a cambiar. Mientras esté aquí, lo vamos a intentar cambiar y una vez que me vaya, lo intentarán otros...
Con mi hermano Juan diferimos en algunas cosas de fútbol, pero nos entendemos; hay una jerarquía”.