Los puntos sobre Las íes Vivir lo mismo
contra ella y de una nueva generación que crecería con pocas oportunidades, en pleno final de la segunda década del presente siglo seguimos acarreando esa pesada cruz en las espaldas.
Nos llamaban ya por ese entonces sociedades o países en vías de desarrollo, y seguimos en las mismas vías, el camino parece interminable. Debieron avisar que el camino ni siquiera se había comenzado a construir. Se criticaban las irrisorias y flojas intelectualmente campañas políticas, hoy se siguen criticando, pero con nuevos protagonistas, aunque un par de veces con los mismos. Esos pleitos dentro de los partidos políticos, nada nuevo. Solamente que ahora hay nuevos partidos, se han multiplicado por dos.
Esa violencia que mantiene al país en un luto ininterrumpido ya se advertía, aunque no con el salvajismo de estos últimos años. Instituciones nacionales de distinta naturaleza envueltas en escándalos de diversa índole, un mal crónico.
El descuido a la cultura, el desconocimiento de nuestros músicos, pintores y escritores, la falta de identidad nacional, son temas que quisiéremos dejar de tratar. En estos ya se ha gastado mucha tinta.
Quisiéramos hablar en estas páginas de otros temas, quisiéramos tener la oportunidad de leer otras cosas en el devenir nacional y poder contarle a los lectores sobre cómo salimos de la pobreza, cómo tenemos de- bates de altura, cómo superamos la corrupción, cómo atendemos a nuestros niños, cómo se brinda ahora educación y salud de calidad, sobre cómo terminamos de construir el país que cada quien se merece. Perdón por los planteamientos utópicos en las últimas líneas, es solo que semana a semana quisiéramos muchos escribir sobre eso.
Y no, no vivimos en un bucle, el tiempo avanza con normalidad, quien no da un paso hacia adelante es el país. ¿Duele, no? Entre la poca memoria de las generaciones mayores y el desconocimiento de las nuevas supongo que está el problema. ¿Será que dentro de veinte años haré referencia a estos párrafos? Espero que no