La recuperación del casco histórico
El centro de Tegucigalpa concentra más de 250 inmuebles con riqueza histórica que lo convierten en uno de los mayores atractivos de la capital. Sin embargo, como publicamos hace unos días en nuestras páginas de Metro, 95 de ellos requieren de atención y 21 se encuentran en condiciones alarmantes ante la desidia que ha caracterizado a varios gobiernos municipales.
El más claro y lamentable ejemplo de abandono es la antigua Penitenciaría Central, una joya arquitectónica que data del siglo XIX y que fue gravemente afectada por el huracán Mitch en 1998. Pese a que fue declarada en 2002 como Monumento Nacional y a la infinidad de proyectos para su restauración, los que nunca se ponen en marcha, en la actualidad es utilizado como estacionamiento y bodega.
Otros inmuebles, testigos mudos del paso del tiempo, acumulan grietas, desprendimientos y maleza, o son usados en actividades que impactan en la integridad de sus estructuras.
A pesar de que hay un Reglamento de Zonificación del Centro Histórico que establece cómo deberá ser manejado el patrimonio para su conservación, rescate y protección, tales disposiciones son violentadas flagrantemente, como en el caso de algunos comercios.
Las autoridades anunciaron en marzo pasado la puesta en marcha del Plan Maestro del Centro Histórico, con el que se abordarán temas de movilidad, sociales y de seguridad. Además, se pretende recuperar el vínculo afectivo entre los ciudadanos y el centro de la capital.
Estas edificaciones que reflejan la influencia de nuestra vida colonial y republicana son elementos de nuestra historia y tradición que deben ser conservados pues allí radica gran parte de su valor.
Pero recordemos además que el patrimonio histórico y cultural representa también importantes fuentes de ingresos, directos o indirectos, por la vía del turismo.
Además de preservar estos bienes que también son elementos de nuestra identidad, se debe difundir su valor histórico para conocimiento de las presentes y futuras generaciones