Discurso “Dictadura o revolución”
Manuel Zelaya, el anarquista de nación y de ocasión no pierde oportunidad para demostrar orgulloso su talante sin talento al decirse socialista antiimperialista hechura de Fidel Castro y Hugo Chávez, “mis padres políticos” según la ideóloga Patricia Rodas, a quienes le deben lo que tienen y no lo que dicen saber. Aficionado al micrófono, destila su irresponsabilidad civil.
Salvador Nasralla, excandidato perdedor, sufre paranoia y dedica su esfuerzo mental malgastando neuronas señalando de corruptos a todos sin dar el beneficio de la duda y para tildar insistentemente de “dictador” y “asesino” al gobernante. Irrespeto intolerable de su egolatría patológica. ¡Soy el Salvador de Honduras!
Con esa personalidad bipolar debe tener problemas serios para interactuar. Si fuera honesto agradecería que no hay dictador ni devoción fetichista de la dictadura que él sí disfruta al adorarse adornado con su egocéntrico exceso. Sin suceso.
Zelaya y Nasralla no tienen ningún punto de coincidencia real, todo es medio hablapalabra
Pero los verdaderamente ilimitados son los politiqueros dirigentes exponentes de la ignorancia en todas sus manifestaciones”.
“Zelaya ya no tiene nada que ofrecer, Nasralla solo y con bajar su ego y sin agresión tiene posibilidades”.
do de mentiritas, los dos se sienten indispensables, únicos e insustituibles. Choque de torpezas y sorpresas y así nunca van a reconciliar para el bien de Honduras. Nasralla es ultraderechista de verdad y Zelaya capitalista hipócrita. Ninguno profesa ni practica el verdadero socialismo en vías de extinción. El Che Guevara apuntó que “para ser revolucionario hay que ser inteligente”. Y ahí comienza el fracaso del “comandante vaquero” que por tonto gracejo usó la “vacas” para bautizar a sus huestes, autoría del auténtico Marvin Ponce. Además amenaza con 10,000 comandos y acciones para tomar el poder con el hato de intelectuales que da vergüenza. Winston Churchill: “La dictadura, devoción fetichista por un hombre, es una cosa efímera, un estado de la sociedad en el que no pueden expresarse los propios pensamientos, en el que los hijos denuncian a sus padres a la policía; un estado semejante no puede durar mucho tiempo”. Alberto Moravia: “Una dictadura es un estado en el que todos temen a uno y uno a todos”. Paul Valéry: “Todo hombre lleva en sí un dictador y un anarquista.”
“El revolucionario verdadero está guiado por grandes sentimientos de amor. El revolucionario cabal, el miembro del partido dirigente de la revolución, deberá trabajar todas las horas, todos los minutos de su vida… con un interés siempre renovado, creciente y siempre fresco. Esa es una cualidad fundamental. Eso significa sentir la revolución. Eso significa que el hombre es un revolucionario por dentro, que siente como revolucionario. Y entonces el concepto de sacrificio adquiere nuevas modalidades”. Zelaya ya no tiene nada que ofrecer, Nasralla solo y con bajar su ego y sin agresión tiene posibilidades, desligándose del vaquero politiquero que sueña con anarquizar el país