Ante Donald Trump
a Trump. El próximo presidente de México no puede cometer el mismo error.
La nueva estrategia de México frente a Trump debe ser a dos tiempos. El primero es para fijar posturas e, incluso, confrontar. No más insultos a los mexicanos, no más amenazas y, si Trump se quiere salir del TLCAN, que se salga. Así opera Trump: Es el maestro del engaño, la mentira y la intimidación. Pero México es uno de los principales socios comerciales de Estados Unidos. El fin del TLCAN afectaría negativamente a millones de estadounidenses, pues pagarían más por productos de importación y perderían empleos por tener menos exportaciones.
Ese primer tiempo de la nueva estrategia de México hacia Estados Unidos duraría hasta el 2020, cuando sabremos si Trump será reelecto o no. El segundo tiempo sería del 2020 al 2024. Si Trump logra la reelección, México tendría que ajustar su estrategia de enfrentamiento y buscar un mayor acercamiento con su vecino del norte. Pero el primer paso es no dejarse.
Los inmigrantes mexicanos en Estados Unidos podrían ser grandes aliados del próximo presidente de México, pero los tiene que escuchar y proteger. Ante los ataques racistas de Trump contra los inmigrantes mexicanos, Peña Nieto nos dejó solos y ha guardado un silencio cómplice. No he visto a un solo funcionario del gobierno respondiendo en inglés y en Fox News a los frecuentes ataques de Trump a los inmigrantes mexicanos. Eso debe cambiar a partir del 1 de julio del 2018.
El asunto fundamental es entender que Trump no es, ni será, un buen amigo de México. Punto. Nunca lo ha sido y son puras ilusiones creer que un buen día cambiará. Lo único que le importa a Donald Trump es Donald Trump. Ese debe ser el punto de partida del nuevo gobierno mexicano.
Un México fuerte ante Trump no es sólo una cuestión de dignidad, sino lo único que puede funcionar para enfrentar al “bully” de la Casa Blanca