Diario El Heraldo

Octavio Carvajal: ¡Con un “Presidente”!

En Tegucigalp­a hay un hotel que es testigo mudo de ricos desayunos entre diputados y Los Cachiros. Negociaban el almuerzo y la cena para completar los tres tiempos a pura cocaína. ¡Memorable época!

- Octavio Carvajal

Por si alguien quiere saber quién sería el expresiden­te que mimó a este incógnito narco, sería bueno que consulten –si les da chance- al “Chapo” Guzmán, quien pernoctó en palacios catrachos

Un extraditab­le que ya está durmiendo en Estados Unidos por narcotráfi­co no solo dejó un cementerio a su paso por varias zonas del país, sino que fue uno de los “consentido­s” de políticos, militares y policías durante más de una década en la que definió ser un implacable gatillero -amigo de “grandes”- en lista de vuelo hacia el imperio.

Como aquí aludir nombres de políticos y empresario­s capos bate los intestinos de tontos útiles metidos cobardemen­te en medios de prensa y redes sociales, esta vez no diremos la identidad de este “angelito” visto como peligroso narcotrafi­cante en el norte. Al ser capturado tenía de careta una Biblia.

Huellas

Sus pasos por el bajo mundo iniciaron hace casi veinte años allá por el Valle de Sico, donde era mano fiel y aliado del cartel de Los Cachiros y de Wilter Neptalí Blanco. Operó con poderes omnímodos. Atrás de él saltan, además, altos oficiales de la Policía y del Ejército. Tiroteos, muertos por doquier y poco o nada se supo por “órdenes superiores”.

Para el año 2000 rompió relaciones con otros narcos de la zona que colinda con la Biósfera del río Plátano. Entre 2003 y 2005 tuvo reyertas a morir. Toda una familia de apellido Peña fue al panteón. Solo sobrevivió José “Joche” Peña (protegido de militares), quien curiosamen­te murió en un confuso suceso en El Salvador. Antes había “quemado” a policías enlodados.

No existe –por ahora- fe- cha y año precisos en que el poderoso capo de la droga resultó herido en uno de esos violentos retos armados por pelito de territorio­s y narcótico. Fue traído a Tegucigalp­a donde -según la DEA- estuvo alojado en la choza de un expresiden­te. ¿Cómo? ¿En casa de un exgobernan­te? Así parece y de paso es pariente de una señora metida en política.

Santo

Sus pasos por el bajo mundo iniciaron hace casi veinte años.

Durante su “reinado” en Sico domó a su antojo a fuertes oficiales de Policía (hoy retirados y purgados). En este cañón era “altruista” de día y despiadado a escondidas. Su cartel dejó nichos por todos lados. En el atlántico, por el norte, occidente y Olancho. También “despachó” a dos abogados de Copán. La Policía –igual que a otros- lo escoltaba. ¡Bendito!

No queda ninguna duda de que el hombrón –ahora soñando en tierra gringa- fue un príncipe para los mandos. Movió droga por cielo, mar y tierra desde Colombia. Siendo brazo derecho de Los Cachiros y de Wilter Blanco tuvo gruesos negocios con el primogénit­o. Ayudó a muchos políticos de todos los colores, a los de mayor caudal electoral en casi dos décadas de jolgorios en que también rebotaron periodista­s.

Fútbol

La DEA tiene exámenes claros de que este hondureño fue como el “enlace” entre la “clase política”, oficiales de Policía y de tropa que vieron, oyeron, callaron y valieron el tráfico de alcaloides hacia Estados Unidos. Fue dueño de un equipo de fútbol en ligas de ascenso y de varias haciendas en el Valle de Agalta en Olancho.

Su suerte está echada. No quiso cantar nombres de heroicos gubernativ­os con quienes se rozó en diversas regencias. Aunque la DEA no soltará prenda, este narcotrafi­cante fue arrestado cerca de Tegucigalp­a. Al momento de su captura se la tiraba de “pastor” evangélico. Su vida estuvo plagada de lujos y vestir de lo mejor era su apetencia.

Secreto

Pero mientras él hacía sus “mandados”, Los Cachiros (sus aleros) adornaban sus mercados a otro nivel. Se reunían en hoteles cinco estrellas de la capital con galanes estatales. Pactaron proyectos hidroeléct­ricos, además de viajar hacia Malasia en busca de “préstamos” para vigorizar sus cultivos de palma africana. “Inversioni­stas”, capos jamás. Ja, ja, ja.

Los Cachiros –al menos dos de ellostuvie­ron la fortuna de gozar el Mundial de Sudáfrica. Parecían “secretario­s de Estado” en una tertulia “top secret” en la que se desbordó una gran camaraderí­a entre políticos criollos y unos reporteros que para su desgracia ya pasaron a mejor vida.

Veremos si se amplía la lista de corruptos y capos de la droga del Triángulo Norte (Honduras, Guatemala y El Salvador) para darles posada en sus ergástulas. Buen provecho, muchas bendicione­s y hasta la próxima. Sus gustos nos “halagan y prestigian”

 ?? FOTO: EL HERALDO ?? Movió droga por cielo, mar y tierra desde Colombia. Brazo derecho de Los Cachiros. Amo para los mandos
FOTO: EL HERALDO Movió droga por cielo, mar y tierra desde Colombia. Brazo derecho de Los Cachiros. Amo para los mandos

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