A contrarreloj buscan a los supervivientes en Guatemala
Tragedia Suman ya un centenar de personas fallecidas por la explosión del Volcán de Fuego
Han pasado alrededor de 90 horas desde el domingo que fue ensombrecido por una nube de cenizas, que ya dejó más de un centenar de víctimas, después de la erupción del Volcán de Fuego.
Las autoridades reanudaron cautelosamente ayer miércoles las operaciones de rescate en pueblos y aldeas devastadas, pero el tiempo se agota para hallar posibles sobrevivientes. La impotencia es el primer síntoma de la zona. La calamidad es lo que ha quedado.
Miles de personas desplazadas por la erupción han buscado refugio en albergues, muchos de ellos con seres queridos muertos o desaparecidos y que enfrentan un futuro incierto, incapaces de regresar a las casas destruidas por el coloso.
Los bomberos dijeron que la posibilidad de encontrar a alguien vivo en medio del terreno todavía humeante era prácticamente inexistente 72 horas después de la explosión volcánica del domingo. Las gruesas cenizas grises que cubren la región afectada fueron endurecidas por la lluvia, lo que hace aún más difícil cavar a través del barro, las rocas y los escombros que llegan a los tejados de las casas. “Nadie va a poder sacarlos o decir cuántos están enterrados aquí”, dijo Efraín Suárez, de pie entre los agujeros humeantes que salpican lo que solía ser el pueblo de San Miguel Los Lotes, en las faldas de la montaña.
“Los cuerpos ya están carbonizados”, señaló el conductor del camión de 59 años. “Y si entra maquinaria pesada, serán destrozados”.
Los rescatistas hundían varillas de metal en el terreno para liberar el humo, una indicación de que la temperatura de la superficie se mantiene alta. Lo que alguna vez fue un vergel se ha convertido en un
paisaje lunar cubierto de ceniza.
Después de recorrer la zona con drones, la policía logró llegar a una casa enterrada en cenizas en medio de la granja donde se presume podría haber personas adentro.
“Estamos analizando el terreno”, dijo el portavoz de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred), David de León.
Lluvias aumentan el peligro
Las autoridades advirtieron que la lluvia que ha caído en las últimas horas aumenta la posibilidad de que se produzca el deslizamiento de flujos de fango, material volcánico y otros desechos.
La alerta roja permanece vigente para los departamentos de Escuintla, Sacatepéquez y Chimaltenango, informó la Conred, que a su vez recomendó a las personas que no permanezcan cerca de las zonas afectadas.
Otro portavoz de Conred, Juan Sánchez, dijo que pasadas las 72 horas desde la erupción del domingo habrá pocas posibilidades de encontrar a alguien con vida.
Al menos 192 personas permanecen desaparecidas mientras aumentaba la cifra de muertos a un centenar, según el más reciente reporte del Instituto Nacional de Ciencias Forenses de Guatemala. Al menos 1.7 millones de personas se han visto afectadas en las zonas aledañas al volcán, ubicado a 44 kilómetros al oeste de la Ciudad de Guatemala.
Unas 12,000 debieron ser evacuadas, de las cuales más de 3,300 se encuentran alojadas en albergues.
Recelosos de las autoridades que les dieron poco tiempo para evacuar el domingo, cuando el martes se anunciaron nuevas erupciones, los residentes de la región se apresuraron para abandonar el lugar. El tráfico colapsó las carreteras y quienes no tenían vehículo caminaban incluso desde el centro de Escuintla,
que no había recibido orden de evacuar.
Sigue en actividad
Una columna de humo se alzó de la montaña y material volcánico caliente empezó a descender por su ladera sur, provocando órdenes de evacuación para media docena de poblaciones y el cierre de una autopista nacional.
El Instituto Nacional de Sismología y Vulcanología indicó que el humo podría producir una “cortina de ceniza” que alcanzaría los 6,000 metros de altura sobre el nivel del mar, planteando un peligro para el tráfico aéreo. Rescatistas, policías y periodistas se apresuraron a abandonar la zona mientras una sirena sonaba de fondo y los altavoces repetían “¡Evacúe!”.
En la población de Magnolia, incluida en la nueva orden de evacuación, los residentes huían cargando bultos, bolsas de ropa e incluso perros pequeños en los brazos.
Mirna Priz, que vende tamales y chiles rellenos, lloraba mientras aguardaba sentada sobre una roca junto a su hijo de 11 años, su pequeña maleta y un terrier en espera de que el tráfico amainara.
“Se siente impotencia. No sé a dónde voy a ir. Dejar mis cosas, todo lo que tengo”, sostuvo. Pero después de ver lo que sucedió el domingo tenía miedo de quedarse.
Entre los que huían también estaba Pantaleón García, que cargó a sus nietos en la parte trasera de una camioneta con una jarra de agua y algo de comida y se dirigía a las casas de familiares en otra ciudad.
“Hay que estar prevenidos, por los niños”, dijo a la prensa internacional.
Ayuda internacional
Varios países como Estados Unidos, Chile, México, Venezuela y el grupo de países donantes conocido como G13 han ofrecido ayuda humanitaria ante la tragedia, pero la asistencia permanece en el limbo porque las autoridades guatemaltecas no la han pedido formalmente.
El G13 está integrado por Alemania, Canadá, España, Estados Unidos, Reino Unido, Italia, Suecia, Suiza, Francia, la Unión Europea así como el Banco Interamericano de Desarrollo, Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional, Organización de Estados Americanos y el sistema de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Guatemala.
“Estamos en apresto y listos para cuando Conred, como ente rector del manejo de emergencias, nos autorice a realizar el llamamiento internacional” por la ayuda, indicó la cancillería en una nota. El presidente Jimmy Morales sigue siendo cuestionado por la pasividad de sus acciones, aunque ayer se presentó a las zonas afectadas y albergues.
El volcán de Fuego había generado su primera erupción de 2018 en enero pasado.
Además, provocó en septiembre de 2012 la última emergencia por erupción en el país, causando la evacuación de unos 10,000 habitantes. En Guatemala también están activos los volcanes Santiaguito (oeste) y Pacaya (20 km al sur de la capital)