Coworking, una salida al convencionalismo
Tras su afianzamiento en Estados Unidos y Europa, este modelo de negocios se posiciona en Honduras como un semillero de nuevas empresas de alto impacto
Arquitectos, ingenieros de software, diseñadores, publicistas, consultores -de compañías independientes, startups o autónomos- trabajan en un mismo espacio. Y aunque cada uno se dedica de forma unilateral a sus proyectos, comparten una idea: la filosofía coworking.
Se trata de un modelo de trabajo colaborativo que está asentándose en el país al amparo de emprendedores, freelancers, incubadoras de negocios y compañías que quieren alejarse de la formalidad del corporativismo, abaratar costos e integrarse a “espacios abiertos”.
A nivel internacional, empresas como las estadounidenses WeWork -el Starbucks del cowork- y CoCoMinneapolis; la alemana The Factory y la inglesa The Second Home, son ejemplos del auge de esta nueva tendencia de emprendedores conectados y creativos.
En Tegucigalpa a través de los centros pioneros: Connect Cowork, Widú y HBC (un alternativa más corporativa), el concepto ha tomado forma.
“Después de más de cuatro años en esto, nuestras solicitudes siguen creciendo y vemos que la gente viene con las ideas más claras de lo que es un coworking. Saben que es mucho más que una manera de compartir gastos de oficina, que no solo es un grupo de personas con un escritorio, una silla o conexión a Internet, sino espacios dinámicos que apuestan al intercambio de ideas y el networking”, ex- plicó Paulette Talavera, cofundadora de Connect Cowork, uno de los primeros proyectos en la capital. De hecho con el tiempo se ha ido ampliando el perfil del usuario coworker, pese a que se ha ligado a freelancers (nómadas digitales y creativos itinerantes) y emprendedores de startups, ahora incluso asalariados de ciertos departamentos de grandes empresas se han decantado por este formato. En cuanto a rubros, la tecnología y la información son los principales ejes de las profesiones de los cotrabajadores.
Creación de sinergias
Los gestores de los cowor- kings capitalinos comparten la idea de que la gran ventaja de estos espacios es la colaboración. “La producción común provoca, de forma espontánea, relaciones y vínculos entre cada uno de los miembros. De este modo pueden surgir más oportunidades de negocio”, apuntó Doris Hernández, de Widú.
La flexibilidad es un punto a explorar de esta modalidad. Existen oficinas permanentes, salas de reuniones, turnos y espacios por horas para quienes necesitan un lugar de trabajo días puntuales. A partir de 3,000 lempiras mensuales un profesional puede contar con un lugar de trabajo fijo, conexión a Internet, servicio de impresión, café, limpieza del espacio de trabajo y sala para reuniones.
Alternativas en la capital
Ubicado en Casa Quinchon, Connect Cowork ha desarrollado espacios dinámicos que han logrado cambiar la manera de trabajar de muchos profesionales, convirtiendo la competencia en oportunidad y las oficinas en centros de negocios culturales, de formación o de ocio. “Nuestro espacio está dedicado a profesionales independientes que buscan oportunidades para socializar, a emprendedores que aún no toman el paso siguiente para lanzar su idea o proyecto, y las empresas establecidas que buscan el beneficio de la comunidad que se forma en un coworking y las oportunidades de negocios”, explicó Paulette Talavera.
Sus servicios van desde escritorios flex (1,000 a 3,000 lempiras) y dedicados (área privada de 4,000 lempiras), a oficinas privadas (que van desde 8,000 al mes). Además, contempla la utilización de un edificio en el que se desarrollan “eventos culturales y formativos” para que los cotrabajadores residentes compartan la misma filosofía.
En Torre Metrópolis está el espacio Widú, que se enfoca en fomentar el emprendimiento social y tecnológico. Mantiene un modelo de negocio mensual (3,600 lempiras) y por hora (tres horas a 130 lempiras y una hora a 55 lempiras). Honduras Bussiness Center (HBC), descrita como una opción más corporativa del coworking, ofrece dos tipos de mobiliario de oficinas y cubículos totalmente amueblados y equipados para al- quiler de forma permanente o por horas, jornadas, semanas y meses. Sumado a eso, estas dos últimas opciones cuentan con oficinas virtuales destinadas a que microempresas y profesionales tengan acceso -a coste reducido- a los servicios y ventajas que cualquier gran empresa tiene por estructura y personal: localización empresarial de referencia, recepcionistas, centralita, salas de reuniones e instalaciones totalmente equipadas. “Con las oficinas virtuales disminuyen casi a cero los costos fijos, pues se puede pagar solo por lo que se necesita, desde una sala de conferencias hasta servicios secretariales y administrativos”, detalló Ana Lucía Bier, directora de mercadeo de HBC. El precio ronda entre los 8,000 y 2,000 lempiras