Un grandioso Cristiano silencia a la Furia Roja
En un partidazo, Portugal empató 3-3 con España con un hat trick de su estrella.
Del mar Negro vino una brisa fría, maliciosa, desvergonzada. Le dio una palmadita a la Bestia del número 7 que estaba en la última clase de meditación del partido (el mejor partido de Rusia hasta hoy, su partido): exhaló fuerte, para que lo mirara el mundo entero, miró de reojo a la cámara y vio la luz al final del túnel: 3 a 3. Nadie sabe cómo la metió, pero al marcador subía su hat trick. Implacable Cristiano Ronaldo, que supo clavar la bandera de la conquista en el reino del tiquitaca. Solo hacía falta dos minutos para el final y España estaba seguro de completar un exorcismo para sacar los malos espíritus que invadieron a la Roja tras el “Lopeteguigate” (fichó por Real Madrid en plena previa del debut mundialista y el titular de la Federación Española, Luis Rubiales, lo rajó para ubicar a Fernando Hierro al mando del campeón de 2010); realmente había sido un partidazo del equipo que homenajeaba a Andrés Iniesta y que exaltaba como figura a Diego Costa. Ganaba 3 a 2 merecidamente, pero contra este indestructible Cristiano Ronaldo no hay que confiarse...
“Inspira envidia. Inspira respeto, algo muy valioso. Inspira temor. Y eso, en el deporte, no tiene precio”, lo definió muy acertadamente Juan Pablo Varsky, periodista argentino. Y es que cuando CR7 se paró frente a aquella falta (que él mismo provocó ante Gerard Piqué) y empezó a practicar yoga, su mundo se redujo a él y la pelota. Y la meta de David de Gea, a quien ya había puesto en evidencia en la primera parte con un tiro atajable que el “1” del Man- chester United inglés atacó mal. Limpió su cañón por última vez y ¡Pum! Golazo (sí, un golazo de esos de mundial).
Un partido loco...
Pero si lo de Cristiano Ronaldo es sublime, lo de España es de realidad virtual. Porque comenzó tocado con un penal fabricado y ejecutado por el astro del Real Madrid antes de los cinco minutos y porque antes del descanso recibió un mazazo cuando De Gea no pudo repeler un tiro aparentemente atajable de (quién más) Cristiano Ronaldo.
En el peor escenario, la Roja de Fernando Hierro se puso fría. No se dejó sobrepasar por la situación y compró pasaje al mundo del vértigo para marear a la bien plantada Portugal de Fernando Santos en el primer cuarto de hora
4 mundiales han llevado el sello de gol de CR, algo que solo hicieron Pelé, Uwe Seeler y M. Klose.
del complemento: Diego Costa llegó a firmar el cheque al portador que le mandó Sergio Busquets (jugada prefabricada que inició en David Silva) y el escopetazo de Nacho hizo temblar a medio Mundial. Un misil que significaba el 3 a 2. La voltereta sensacional.
Pero el juego de la locura no había terminado. Porque el destino no iba a permitir que el que propuso más se llevara los tres puntos. Porque hay un Bicho del que todos se deben de cuidar jugando en contra. Porque es vanidoso, pero todo lo escribe en letras mayúsculas. El 3 a 3 fue una parábola en corto que sorprendió hasta a los más grandotes de la barrera española. El toro había sido engañado por el torero, un torero que se despidió hablando portugués ante su víctima de colección.
Y en adelante sobraron los epítetos: “España es de Hierro pero Cristiano es de acero”, sentenció el diario Marca; “Cristiano vale por tres”, apostó el diario As; “Cristiano todopoderoso amargó a España”, tiró TyC Sports y “Qué pedazo de Cristiano, joder”, fulminó el diario Olé. Portugal es de Cristiano...