Mandela: 100 años de su nacimiento
Él, Mahatma Gandhi y Martin Luther King representaron la trilogía más importante del siglo XX en la lucha por la independencia, igualdad, dignidad, vigencia plena de los derechos humanos de sus compatriotas, en África del Sur, India y Estados Unidos, respectivamente, apelando a movilizaciones masivas de resistencia pasiva, no violenta. Paradójicamente, los dos últimos murieron asesinados, ofrendando sus vidas por sus nobles ideales.
Desde muy joven Nelson Mandela participó en política, en el Congreso Nacional Africano, siendo encarcelado y sentenciado a cadena perpetua en 1964 por su férrea oposición a la política oficial del gobierno blanco de Sudáfrica conocida como apartheid o segregación y discriminación racial, condenada por las Naciones Unidas, que excluía a la mayoría negra de participación en la vida pública, manteniéndola en situación de marginalidad socioeconómica y explotación, acompañada de brutal represión.
En 1990 fue liberado, permaneciendo 26 años tras las rejas. El repudio mundial al apartheid contribuyó a su gradual desmantelamiento; en 1993 Mandela y el presidente de Sudáfrica, Frederik de Klerk recibieron el Premio Nobel de la Paz por negociar la transferencia política del poder, vía elecciones, de la minoría blanca a la mayoría negra.
Gracias a la actitud generosa y conciliadora de Mandela fue posible evitar un baño masivo de sangre y una guerra racial de imprevisibles consecuencias. Las primeras elecciones multirraciales, en 1994, lo elevaron a la presidencia, implementando un gobierno de unidad nacional. Al concluir su período, se retiró a la vida privada en 1999.
Su trayectoria de inclaudicable e intransigente defensa de la opción pacífica por la liberación individual y colectiva inspiraron a otros movimientos sociales en distintos países. Así, su misión y estrategia tuvo un efecto multiplicador, más allá de su existencia. Tocaba a sus sucesores profundizar la ruta por él trazada