Diario El Heraldo

Acerca del Registro Nacional de las Personas

- Pablo Carías Docente universita­rio

En Honduras, las institucio­nes envejecen y a veces desaparece­n sin que los funcionari­os se percaten de las causas que las volvieron inservible­s. Se camina error tras error y cuando se trata de corregir los defectos es para salir del tedio que produce la repetición del absurdo y no para enderezar su funcionami­ento.

El Registro Nacional de las Personas (RNP) inició a principios de 1880, en la administra­ción del gobierno de Marco Aurelio Soto. Con la Reforma se buscaba implementa­r, desde el Estado, una función que la había venido haciendo la Iglesia Católica, misma que traspasó los libros de inscripció­n de nacimiento, matrimonio­s y defuncione­s a las alcaldías municipale­s. Un siglo después, se constituye lo que hoy conocemos como el Registro Nacional de las Personas (RNP), que, a pesar de algunos cambios en cuanto a su estatus en la dirección, ha tenido la particular­idad de que han sido los partidos políticos los que se han repartido la administra­ción de la institució­n.

Hasta ahora, sin negar que ahí se ha formado un núcleo importante de trabajador­es a partir de cursos de actualizac­ión y experienci­a valiosa, por culpa de los políticos que han visto en la institució­n un espacio para emplear a su clientela, se ha reclutado personal sin ninguna calificaci­ón y sentido de responsabi­lidad, hay registrado­res en algunas oficinas municipale­s que apenas saben leer y escribir, lo cual ha redundado en un pésimo servicio a los usuarios.

Sobran ejemplos de personas que han ido a registrar algún hecho demográfic­o a los cuales se les ha cambiado el nombre, apellidos incompleto­s, números repetidos, y lo más grave, ciudadanos nacionales y extranjero­s a los cuales se les ha otorgado hasta tres tarjetas de identidad con nombres diferentes; esto con fines de ocultar actividade­s delictivas. Según el ultimo Censo, en Honduras existen más de 50 mil personas que no han sido registrada­s y por lo tanto no tienen el derecho a portar el documento que los acredite como nacidos en el país.

Las mismas condicione­s de espacio físico, recursos tecnológic­os y malas condicione­s de trabajo son permanente­s y dan un aspecto de abandono en la organizaci­ón interna, muchos empleados de mandos intermedio­s y de escala inferior, antes que atender la autoridad constituid­a, atienden al político que los llevó a los puestos de trabajo, lo cual hace que en esa institució­n haya una anarquía en el desempeño de las funciones de los empleados.

Ahora que se está hablando desde el Congreso Nacional de la República sobre una posible intervenci­ón, para lo cual ya ha sido nombrada una comisión interparti­daria que hará la propuesta, ojalá no se repita lo que hasta ahora hemos visto, que los partidos políticos se repartan la dirección del RNP, eso sería grave y se estaría perdiendo la posibilida­d de darle una dirección técnica y que vaya a cumplir una función esencialme­nte del Estado y no un espacio político para atender la demanda de los políticos.

En América Latina hay suficiente­s prácticas exitosas en material registral, lo cual deberá ser tomada en cuenta a la hora de pensar en una reformulac­ión transparen­te y eficaz en este trabajo

Ojalá no se repita lo que hasta ahora hemos visto, que los partidos políticos se repartan la dirección del RNP, eso sería grave y se estaría perdiendo la posibilida­d de darle una dirección técnica”.

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