“El visitante”: del horror al humor
Dennis Arita y Kalton Bruhl publicaron recientemente un pequeño libro de relatos en coautoría, un homenaje a la tradición del terror en la literatura
“El visitante y otros cuentos de terror” es un libro de ficción insólito en Honduras por el género que aborda y porque fue escrito a cuatro manos por dos autores: Dennis Arita (La Lima, 1969) y Kalton Bruhl (Tegucigalpa, 1976).
Esta dualidad narrativa es más extraña aun porque el estilo de los relatos se ha uniformado tanto que es imposible distinguir entre una voz creativa y otra. Leído con humor, esto podría ser un intento de los autores de evadir la responsabilidad personal por la calidad de sus textos, aunque hasta ahora sólo ha servido para que uno o dos “críticos” ingenuos jueguen a ser Walter Mercado tratando de adivinar sobre quién están hablando.
La verdad es que el libro consta de 19 relatos muy bien escritos, algunos brevísimos y otros de más de 10 páginas, que recorren, según la modesta contraportada, “todas las gamas del horror”.
“Quisimos acercarnos con este libro al cine y los libros
El libro consta de 19 relatos en los que se mezclan el terror, el humor, el erotismo y hasta algunas historias de la tradición popular.
que nos gustan”, dice Bruhl, ganador del Certamen Centroamericano de Novela Corta en 2011 con “La mente dividida”. “A Dennis Arita y a mí nos interesan las películas llamadas de serie B, hechas con más imaginación que dinero, y las novelas populares de horror y misterio de autores como Stephen King y Clive Barker. ‘El visitante’ es un pequeño homenaje a esas mentes macabras”.
Una mezcla difícil
Los cuentos de “El visitante” ofrecen paseos por escenarios siniestros, como el restaurante embrujado de “El invitado de honor” o la mansión de “Entre sábanas de seda”, pero en sus páginas no sólo hay sitio para el terror, sino también para el humor. El libro de Bruhl y Arita logra un difícil equilibrio entre humor y miedo en textos como “Memento mori”, que relata un espanto que nos acecha a casi todos: que nos entierren vivos, pero lo hace mezclando el chiste con el escalofrío.
El cabello erizado
“Es complejo que un producto de ficción logre aterrorizar a un adulto”, opina Arita. “A mi edad, no leo los libros de los llamados ‘grandes maestros del horror’, como King o Lovecraft, en busca de sustos, sino de habilidad narrativa. Por eso creo que lo que puede hallar el lector en ‘El visitante’ son relatos escritos con respeto hacia el oficio narrativo, cuentos divertidos”.
Pero ¿y el miedo?, le preguntamos a Bruhl. “Si uno está dispuesto a participar activamente en la lectura de un cuento como ‘Memento mori’, si contempla todas las implicaciones del terrible predicamento del protagonista, quien a pesar de su buen humor sabe que está a punto de que lo entierren vivo, creo que, con suerte, podría erizársele el cabello”. Confieso que no tuve ninguna reacción capilar mientras leía “El visitante y otros cuentos de terror”, pero eso no importa porque en cada uno de los relatos encontré siempre una delicadeza estilística o una sorpresa narrativa de esas que sólo tienen los buenos libros