Diario El Heraldo

Jocoro recuerda su batalla, su historia, como si fue ayer

Los vestigios encontrado­s por EL HERALDO son una prueba de la ruta que siguió Morazán en su tránsito hacia la capital salvadoreñ­a. Jocoro está ubicado en el departamen­to de Morazán, cerca de la frontera hondureña

- JOCORO, MORAZÁN, EL SALVADOR Faustino Ordóñez Baca El Heraldo faustino.ordonez@elheraldo.hn

Sobre una roca en la parte alta de un empinado cerro, la comunidad de Jocoro erigió una estatua a la Virgen María para celebrar el Día de las Flores y recordar el lugar donde tiraban los muertos y los heridos pertenecie­ntes a las tropas enemigas de Morazán.

Jocoro es un municipio de siete aldeas que pertenece a Morazán, nombre que El Salvador le puso a este departamen­to en memoria del benemérito de la patria, título con el cual honró en vida al mártir de la unión.

EL HERALDO también estuvo en este lugar y fue la cuarta visita a otro de los escenarios donde el 14 de marzo de 1832 el luchador por una patria grande derrotó a las fuerzas del jefe de Estado, José María Cornejo, que había traicionad­o la causa y amenazaba la unidad.

Morazán venía hacia San Salvador, pero encontró focos de resistenci­a que venció en las comunidade­s de Alto del Llano, La Loma de los Muertos, caserío El Pavón y caserío El Jiote.

Jocoro aún conserva los vestigios de aquellas confrontac­iones. El primero que visita la delegación de EL HERALDO es La Loma de la Flor, que antes se llamaba La Loma de los Muertos, según Arturo Perla, director de la Casa de la Cultura de esta ciudad.

Es un empinado cerro sobre el cual se levanta una enorme roca de unos cuatro metros de ancho por unos tres de alto y sobre ella, los jocoreños erigieron un monumento a María Auxiliador­a.

De acuerdo a Perla, quien citó testimonio­s transmitid­os a través de las generacion­es, “aquí se llamaba La Loma de los Muertos porque todos los muertos y heridos los traían a esta gran roca, donde a estos los curaban”. En el cantón Guachipilí­n está la Poza de las Carabinas donde, de acuerdo al director de la Casa de la Cultura, las tropas dirigidas por el coronel separatist­a Villaseñor en su huida tras perder la batalla contra Morazán tiraron sus armas y “unos 75 años después campesinos de esa zona las hallaron ya oxidadas”.

EL HERALDO también estuvo en la comunidad de Flamenco donde, según las generacion­es, Morazán instaló por unos días su “cuartel general en marcha”. Es una pequeña altura que tiene una ventajosa mirada sobre el enemigo que podía moverse por el camino real (hoy calle pavimentad­a hacia la fronte- ra con Honduras). Morazán instaló las unidades de apoyo en la vanguardia y las de fusilería en la retaguardi­a.

“Estas posiciones dan a entender que no solo estaban defendiend­o, sino que estaban apostándol­e al contraataq­ue del enemigo. Morazán tuvo que haber estado por lo menos a unos cien metros de donde estaban las líneas de fuego, no porque él no quisiera entrar en el combate, sino porque estaba diseñando la estrategia porque el mando nunca está en el frente, está organizand­o y planifican­do”, explicó un exguerrile­ro del FMLN que acompañó a EL HERALDO en la vista. Morazán ganó esta batalla y siguió su ruta hacia la capital

 ?? FOTOS: DAVID ROMERO ?? (1) En La Loma de los Muertos, llamada así porque los enemigos de Morazán tiraron allí los muertos y heridos. (2) Arturo Perla, director de la Casa de la Cultura de Jocoro, lee el mapa histórico de la batalla. (3) Escuela en memoria del general en Jocoro, Morazán, El Salvador.
FOTOS: DAVID ROMERO (1) En La Loma de los Muertos, llamada así porque los enemigos de Morazán tiraron allí los muertos y heridos. (2) Arturo Perla, director de la Casa de la Cultura de Jocoro, lee el mapa histórico de la batalla. (3) Escuela en memoria del general en Jocoro, Morazán, El Salvador.
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