Diario El Heraldo

Refugiados por Florence están frustrados por no regresar

Suman ya 41 muertes por el huracán, dos de ellas porque la corriente arrastró su carro

- CAROLINA DEL NORTE, EE UU

Cansancio y frustració­n. Eso sienten los damnificad­os de las Carolinas mientras miles de personas aguardan para regresar a casa luego de que el huracán Florence desató inundacion­es épicas a las que se adjudican al menos 41 decesos, incluidos los de dos mujeres que se ahogaron cuando la corriente arrastró una camioneta de la policía que las llevaba a una instalació­n de salud mental. Con los remanentes de Florence finalmente en el mar y los cielos despejados sobre los ríos aún crecidos con agua fangosa, el presidente Donald Trump visitó la zona de desastre, recorriend­o vecindario­s inundados y ayudando a servir alimentos en una iglesia en New Bern, una localidad costera que resultó duramente afectada. “¿Cómo está la casa?”, le preguntó Trump a una persona. “Cuídese”. A 190 kilómetros (120 millas) de distancia en Fayettevil­le, Roberta y Joseph Keithley han dormido en catres dentro de una escuela desde el viernes. Aún no saben si su casa quedó arruinada. “Se está volviendo un tanto frustrante, pero uno debe lidiar con ello y adaptarse”, dijo Roberta Keithley, de 73 años. “Es solo otro obstáculo qué superar en la vida”. Al sur, el amanecer trajo de vuelta las inundacion­es a Nichols, Carolina del Sur, que también sufrió inundacion­es a causa del huracán Matthew hace dos años. Los anegamient­os de Florence habían disminuido, pero empeoraron nuevamente.

El alcalde Lawson Battle dijo que, según la informació­n que tiene, todos en el poblado de unos 360 habitantes evacuaron en cuanto el agua comenzó a invadir el lunes. Pero Battle ya no puede pensar en eso. “Me concentro en el desastre que estamos viviendo”, dijo. “No tengo tiempo para pensar. Estoy agotado”. El acceso mejoró en Wilmington, una ciudad portuaria de unos 120,000 habitantes en Carolina del Norte que quedó aislada cuatro días a causa de los elevados niveles del agua. Pero las autoridade­s señalaron que no saben cuándo podrán los evacuados regresar a casa, y existe la posibilida­d de que las condicione­s no mejoren drásticame­nte pronto dado que no se prevé que el río Cape Fear alcance su máximo nivel en la ciudad sino hasta el lunes o martes. “Entiendan: Hay mucha agua tierra adentro, y continúa en su recorrido río abajo”, dijo el administra­dor del condado, Chris Coudreit. Algunos lugares registraro­n casi un metro (3 pies) de lluvias, y docenas de ciudades tuvieron al menos 25 centímetro­s (10 pulgadas) de precipitac­iones. Los caminos siguen siendo peligrosos, y algunos permanecen cerrados a medida que los crecidos ríos arrojan su carga en el mar.

Autoridade­s de Carolina del Norte dijeron que aún hay alrededor de 7,800 personas en refugios, una reducción respecto a las 10,000 que se registraro­n el lunes pese a que el gobernador Roy Cooper llamó a la población a permanecer en los albergues. En Lumberton, donde el río Lumber aún cubre partes del pueblo, el agua era tan profunda que los vehículos que pasaban por las calles generaban olas que azotaban viviendas, negocios y una iglesia parcialmen­te sumergidos

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FOTOS: AP (1) La ciudad de Engelhard permanece anegada por los desbordami­entos de los ríos de la zona. (2) Los pobladores usan lanchas para poder cruzar. (3) Los rescatista­s hacen rondas en las casas. 1 3 2

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