La Ley de Control de Armas
En un país como Honduras, donde una alta ola de violencia y criminalidad agobia a sus habitantes, la aprobación de una nueva Ley de Control de Armas de Fuego, Municiones, Explosivos y Materiales Relacionados o Ley de Portación de Armas (como se conoce popularmente), es una noticia alentadora porque supone que su aplicación permitirá al Estado tener mayores controles sobre el uso y manejo de estos artefactos y, por ende, redundará en la reducción del número de homicidios con estos equipos.
Y es que este es un tema de alta preponderancia por la participación de este tipo de armas en la muerte violenta de hondureños. Por ejemplo, un estudio del Instituto para la Medición y Evaluación de la Salud (IHME), con sede en Seattle, Washington, colocó a Honduras entre los cinco países del mundo con mayor índice de muertes con armas de fuego (21.6 por 100,000 habitantes). El Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) registra 50,791 personas asesinadas con estas armas entre 2005 y 2018. Considera, además, que circulan al menos 1.2 millones de armas sin registro.
La nueva legislación tiene aspectos relevantes que buscan que este tipo de armas tengan una menor participación en los homicidios. Propone regular la tenencia a tres pistolas (una corta y dos largas) por persona mayor de 21 años y manda su uso de manera visible, medida con la que buscan disuadir su uso. Ordena, además, la implementación de un nuevo sistema de balística que permita, por ejemplo, a las autoridades determinar la propiedad de un arma utilizada en la escena de un crimen.
Aunque debe quedar claro que la tan sola aprobación y vigencia de la ley no es suficiente para frenar el uso descomunal de estas armas en el país, se valora como un paso, y una herramienta positiva para enfrentar y tratar de frenar su uso ilegal.
Y si bien los resultados no se verán de forma inmediata, hay que confiar en que en un par de años “ya podamos estar viendo resultados de la no proliferación de armas de fuego resultado de la consciencia ciudadana”, como lo dijo la directora del Observatorio de la UNAH, Migdonia Ayestas