El oriente del país espera también a vacacionistas
Miles de personas se desplazan por pintorescos sitios que vuelven únicas las regiones del centro y oriente de Honduras. El turismo interno ha crecido en los últimos años
Cada región tiene mucho que ofrecer a sus visitantes y las zonas centro y oriente no son la excepción.
Tomando a Tegucigalpa como punto de partida, a pocos kilómetros se encuentran pintorescos lugares que ofrecen sus bellezas y encantos.
Santa Lucía, Valle de Ángeles, San Juancito, Cantarranas o la Villa de San Francisco son algunos de los lugares cercanos a la capital.
Para llegar a cada una de estas comunidades no existe ninguna complicación y en uno o dos días se pueden conocer las tradiciones y costumbres de los pobladores.
Si usted quiere imágenes coloridas, visite Cantarranas; si desea saber de historia minera, practicar senderismo y disfrutar de un clima fresco, diríjase a San Juancito, y si busca comprar alfarería, comer bien y llevarse recuerdos únicos, pase por Valle de Ángeles o Santa Lucía.
En este periodo de vacaciones se puede disfrutar de un viaje a estos lugares, ubicados a menos de una hora de la capital, por una carretera en buen estado que le conducirá a la diversión y el sano entretenimiento.
“Honduras es un país muy hermoso y es deber nuestro conocerlo y convertirnos en los mejores embajadores de sus bellezas”, ha dicho el presidente Juan Orlando Her- nández, quien se ha convertido en el principal promotor de los destinos turísticos de la nación.
Belleza
En Cantarranas un turista puede lograr con su celular una buena imagen para el recuerdo. En este municipio de Francisco Morazán se fabrican deliciosos dulces y rosquillas, también cuenta con parajes artísticos que los dejarán con una buena impresión.
A solo 41 kilómetros de Tegucigalpa, Cantarranas es una región en la que se puede disfrutar de grafitis por todo el casco histórico.
En el centro histórico permanece en pie la casa donde nació Francisco Ferrera Sastre, quien fuera presidente de Honduras en cuatro ocasiones, mientras que en el lado opuesto se mantiene en uso la casa de otro exgobernante, Ramón Ernesto Cruz.
A ocho kilómetros de Cantarranas se encuentra el majestuoso pueblo de San Juancito, recordado desde mediados de los años 1900 por la Mina El Rosario y caracterizado por sus casas sobre pilotes, la cercanía con La Tigra y Jutiapa y la impresionante cascada de 78 metros que se encuentra a hora y media a pie de la localidad.
El Rosario es casi un caserío aledaño a San Juancito y allí, subiendo hasta llegar al viejo hospital, hoy convertido en hotel, aún se puede ver el primer edificio de la embajada estadounidense, así como parajes verdes que incluso impiden la entrada
de la luz del sol en horas del mediodía. Por allí pasa con sus aguas muy transparentes el río Chiquito y se puede disfrutar de un descanso envidiable en cabañas cómodas para alejarse de la rutina o del estrés de la ciudad.
Zona oriental
La zona oriental de Honduras también tiene bellezas que ofrecer en este periodo de vacaciones.
Ligia Laínez, alcaldesa de El Paraíso, detalló que “aparte de la calidez de nuestra gente que es el sello personal, se ofrece el buen café y las bellezas naturales”.
“En El Paraíso hay muchos senderos donde los visitantes pueden avistar aves, disfrutar de un agradable clima, ríos con caídas de aguas muy hermosas, frescas y cristalinas”, dijo la alcaldesa paraiseña.
En el trayecto a las diferentes comunidades existen sitios donde se puede acampar. En San Marcos de la Selva hay cabañas donde se puede disfrutar de paseos a caballo o pescado frito, porque hay cultivos de esta especie, o de una sopa de gallina india. En El Paraíso se puede disfrutar de la naturaleza porque se tiene seguridad, un punto que es muy importante.
Y en la ciudad se puede disfrutar de los paseos porque es un lugar seguro y hay hoteles con capacidades instaladas y comidas higiénicas, así como restaurantes familiares.
“Si quieren disfrutar de un ambiente familiar, lleguen a El Paraíso”, invitó la alcaldesa