Otro golpe a los policías corruptos
Las acciones de la Unidad Fiscal de Apoyo al Proceso de Depuración Policial (Uf-adpol) y de la Agencia Técnica de Investigación Criminal (ATIC) en la persecución penal de aquellos agentes y oficiales de la Policía señalados de haber usado el uniforme y la chapa para delinquir son una muestra de que cuando se quiere, se puede.
Desde agosto del 2016 a la fecha, la Comisión Especial de Transformación y Depuración de la Policía Nacional ha remitido al Ministerio Público más de dos mil expedientes de elementos policiales involucrados en un catálogo de delitos. La cartera va desde agentes hasta comisionados generales.
Las indagaciones de la Uf-adpol están confirmando las denuncias, detectando por una parte a los millonarios de uniforme, activos y depurados. El lío es que sus exorbitantes capitales no concuerdan con el salario devengado, ni así sumen los ingresos de todos los miembros de su familia. Al profundizar en las investigaciones, los fiscales han encontrado una relación de ese dinero con el delito.
La reciente determinación del Ministerio Público de asegurarle 31 bienes inmuebles al comisionado Lorgio Oquelí Mejía y acusarlo de ser el jefe de una estructura criminal en la cual se involucra a seis policías activos y tres depurados se convierte en el segundo golpe asestado por la Fiscalía a organizaciones delictivas policiales en los últimos 15 meses. En julio del año pasado, la Uf-adpol y la ATIC también capturaron al comisionado policial en retiro Jorge Alberto Barralaga y a otras personas de su círculo familiar, y le aseguraron 42 bienes inmuebles y 332 bienes muebles, entre ellos buses, camiones y rastras.
Los hondureños esperan que estas acciones se incrementen en la medida que los fiscales encuentren pruebas de las fechorías cometidas por los uniformados a quienes se les confió la seguridad ciudadana. Ahora, “quien la hizo y la hace la paga”. “Lo importante es que la pus está saliendo y la impunidad no reina en la institución”, manifestó recientemente Omar Rivera, coordinador de la Comisión de Depuración de la Policía