En campaña, son todos buenos
El actual presidente brasileño dejará el país algo mejorado gracias a unas pocas reformas, como en lo laboral: entre otras cosas, eliminó la obligatoriedad que tenían los trabajadores de pagar la contribución sindical, disminuyendo el poder abusivo de los sindicatos. Pero aún quedan regulaciones laborales -que impiden la plena ocupación, como el salario mínimo que prohíbe trabajar a quienes ganarían menos- y la desocupación subió de 6.2% en 2013 hasta 12.2% en 2018. Además, puso un límite al aumento del gasto público que no debe superar a la inflación, logró que las tasas de interés que eran muy altas -hasta 17%- cayeran a 6.5% y ha controlado la inflación: 3.4% en 2017 y 3.7% en 2018. Pero, la recuperación sigue lenta. En 2017 el PIB subió 1.5% y las exportaciones aumentaron 18%. Las previsiones son optimistas para 2018, con un crecimiento del PIB del 2.3% y una inflación de 3.5%. Y ahora Jair Bolsonaro sería el próximo presidente si gana la segunda vuelta contra el candidato del PT de Lula, Fernando Haddad. Bolsonaro aprovechó la imagen de corrupto que tiene el PT. Corrupción que, por cierto, es grave no solo en Latinoamérica. La periodista Viktoria Marinova apareció muerta en Bulgaria, días después de ventilar casos de corrupción con fondos de la Unión Europea y, en un solo año, también fueron asesinados los periodistas Daphne Caruana en Malta y Jan Kuciak en Eslovaquia, que investigaban corruptela. Sobre la política derechista de Bolsonaro, The Economist aseguró que será “desastroso” y Fernando Henrique Cardoso -expresidente de Brasil, autor del boom que heredó Lula- dijo que no le agrada “Ninguno… pero Bolsonaro está excluido”. En lo económico, tiene un discurso alentador y la Bolsa reaccionó eufórica: “Mercado libre y menos impuestos es mi consigna”, tuiteó. Lo que no es poco ya que los impuestos perjudican a todos, pero, sobre todo, a los más pobres ya que los ricos los pagan aumentando precios o bajando salarios. Planea, además, la privatización de empresas, la reducción de la burocracia y una fuerte desregulación de la economía.
Por cierto, en campaña todos los candidatos son buenos y Bolsonaro intenta mostrarse como un hombre de centro. En tanto que Haddad hasta prometió bajar los impuestos, “para que quien sustente el Estado no sean los pobres”, y favorecer la creación de nuevos bancos para bajar más las tasas de interés
Por cierto, en campaña todos los candidatos son buenos y Bolsonaro intenta mostrarse como un hombre de centro. En tanto que Haddad hasta prometió bajar los impuestos”.